Publicidad
Crisis: la política y lo político Opinión

Crisis: la política y lo político

Álvaro Zavaleta Sahr
Por : Álvaro Zavaleta Sahr Cientista político, UDP.
Ver Más

El modelo actual exige cambios urgentes. Dos cambios a nivel macro son los más urgentes, uno está conectado con la forma en la que los actores políticos se relacionan con las personas, siendo imperante abandonar la racionalidad como modelo ejemplar y único de hacer política, involucrando en mayor medida la emocionalidad para conectar mejor con las necesidades de la gente. El otro cambio tiene que ver con el sistema político del país, el modelo electoral actual no involucra a la gente en la toma de decisiones más que para elegir a sus representantes, necesitando mayores métodos de democracia directa, para así generar una mayor distribución de poder hacia el nivel más local, involucrando a juntas de vecinos, municipios y organizaciones locales. 


El escenario político actual está marcado por la poca capacidad política de los gobernantes de comprender a sus gobernados. Esta crisis se observa en diversos aspectos, algunos de los cuales son: la baja aprobación del Gobierno actual con un 33% de aprobación y un 60% de desaprobación, según Cadem; la gran cantidad de afiliados a un partido político “outsider” de la política chilena, como lo es el Partido de la Gente; pero especialmente se observa en el rechazo a un proceso constituyente que inicialmente fue aprobado por 5.899.683 personas, mas en el plebiscito de salida fue rechazado por 7.882.958 personas.

Surgen muchas dudas sobre cuáles son los problemas de la política chilena y su incapacidad de realizar procesos políticos que encaucen las verdaderas preocupaciones de la gente. Pienso que esto no recae en una mala administración del gobernar o legislar, sino que tiene que ver justamente con el predominio de una visión tecnócrata dentro de la política, dejando afuera “lo político”.

La filósofa y politóloga Chantall Mouffe explica la diferencia entre “la política” y “lo político”, definiendo “lo político” como: “La dimensión de antagonismo que considero constitutiva de las sociedades humanas”, mientras que la política es caracterizada como: “El conjunto de prácticas e instituciones a través de las cuales se crea un determinado orden, organizando la coexistencia humana en el contexto de conflictividad derivada de lo político”.

Justamente acá en Chile “la política” posee un importante papel, existiendo múltiples procedimientos gubernamentales y legislativos que intentan llevar a cabo acciones políticas, incluso llevándolas a las instituciones de forma sostenida en el tiempo, sin embargo, y a pesar de la importancia de lo anterior, lo político es justamente un aspecto que ha sido desatendido por los políticos chilenos, donde el modelo racional técnico ha sido el que ha primado al momento de realizar política, dejando de lado una comprensión más humana de los antagonismos o conflictos que ocurren dentro de la sociedad.

Esto ocurre porque el modelo tecnócrata es muy lejano a la gente, hace muchos años que existe una crisis de representatividad en la política chilena y los cambios que se exigen desde la sociedad civil no han obtenido una digna respuesta, solamente se ha profundizado un modelo neoliberal que hace varios años que está en una crisis de legitimidad, no generando mayores cambios sociales y aumentando nuestra dependencia del mercado internacional.

El modelo actual exige cambios urgentes. Dos cambios a nivel macro son los más urgentes, uno está conectado con la forma en la que los actores políticos se relacionan con las personas, siendo imperante abandonar la racionalidad como modelo ejemplar y único de hacer política, involucrando en mayor medida la emocionalidad para conectar mejor con las necesidades de la gente.

El otro cambio tiene que ver con el sistema político del país, el modelo electoral actual no involucra a la gente en la toma de decisiones más que para elegir a sus representantes, necesitando mayores métodos de democracia directa, para así generar una mayor distribución de poder hacia el nivel más local, involucrando a juntas de vecinos, municipios y organizaciones locales.

Al involucrar en procesos de toma decisión a actores más locales, se puede llegar a comprender mejor los antagonismos que existen dentro de la sociedad. Debido a la cercanía que posee un actor local con sus comunidades, esto justamente lograría unir procesos de “la política” con “lo político”, ya que los procesos de organización del poder necesitan de voces locales que estén más cercanas a la gente y comprendan sus necesidades.

El modelo político debe cambiar, no solamente en sus reglas, para así distribuir de mejor manera los procesos de toma de decisión, sino también en la forma en que se relacionan los políticos con la gente, debiendo buscar mayor empatía y conexión con las personas.

Esta cercanía es clave para evitar que los antagonismos se conviertan en conflictos irreconciliables, justamente Chantal Mouffe propone generar un vínculo común para evitar que una de las dos partes en conflicto vea al otro como un enemigo al que destruir y lo vea como alguien con un problema legítimo de escuchar.

Y para tener un vínculo común, se debe volver a la emocionalidad, alejándose del modelo racional tradicional predominante.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias