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Alexis Sánchez, el ‘jugadorazo’ incomprendido

Alexis Sánchez, el ‘jugadorazo’ incomprendido

El Barça pierde. El delantero confirmó su magnífica temporada en el club catalán completando un Mundial excelente. Con los galones de líder y con espacios en ataque para explotar su portentoso físico, fue uno de los puntales del equipo entrenado por el argentino Jorge Sampaoli, una de las sensaciones del campeonato.


A pesar de su indudable calidad, Alexis Sánchez siempre fue un incomprendido por una parte de la grada del Camp Nou.

El jugador aterrizó en Barcelona en 2011 cuando la sinfonía delicada que componían Xavi, Iniesta y Messi no siempre entonaba con el ‘rock and roll’ sin concesiones del delantero chileno.

Quizá por ello el club azulgrana no ha dudado en hacer caja (42,5 millones) con su traspaso al Arsenal, club en el que jugará las cinco próximas temporadas. En Londres podrá seguir madurando. Se sentirá importante, sin ataduras. Tendrá la oportunidad de explotar, al fin, como el ‘jugadorazo’ que dice ser.

Cuando Pep Guardiola dio el visto bueno a su incorporación, aceptó, sin rechistar, su papel secundario. Alexis, entonces un melón por abrir de 22 años, se convirtió en el gregario de Leo Messi. Lejos de la punta de ataque -curiosamente donde más ha brillado-, ocupó el extremo derecho, estirando la línea de presión, poniéndose el uniforme de jugador de equipo.

Pese a las dudas en el exigente entorno azulgrana sobre su rendimiento, el ex jugador del Udinese logró en su primer año como azulgrana (2011-12) unas cifras notables. Jugó 31 partidos de titular, anotando 15 goles y 5 asistencias, si bien en los momentos decisivos de la temporada no acabó de ganarse la confianza de Guardiola.

Perseguido por el ‘run-run’ del Camp Nou, el rendimiento de Alexis siempre fue analizado con lupa. El precio de su traspaso -26 millones de euros fijos más una cantidad variable de 11,5 millones- le acompañó en las tres temporadas que vistió la zamarra azulgrana, más aun en su segundo año.

Bajo las órdenes de Tito Vilanova, firmó su peor curso, el más irrelevante. En la histórica Liga que el Barcelona alzó con 100 puntos, Alexis disputó 21 partidos como titular y sufrió una crisis con el gol, al anotar ocho tantos entre las tres competiciones.

Su figura seguía en la picota y, durante el verano, se barajó incluso su traspaso. Alexis se quedó finalmente en el Barcelona y, con el argentino Gerardo ‘Tata’ Martino, se desabrochó el corsé de gregario. Su crecimiento futbolístico fue inversamente proporcional al juego del equipo, discreto y simplón a medida que pasaban las jornadas.

Con Messi lejos de su mejor nivel, Neymar adaptándose al fútbol europeo y un Pedro irregular como suplente, el chileno mostró su mejor versión no solo con goles -anotó 21 en 38 partidos-, sino con las sensaciones que dejó en el terreno de juego.

Poco a poco los silbidos se convirtieron en aplausos y las mofas sobre el apodo que él mismo creó en una entrevista -‘jugadorazo’- se apagaron.

La vaselina que le marcó a Diego López en el clásico contra el Real Madrid ayudó a que el aficionado azulgrana empezara a confiar en un delantero capaz de hacer fácil lo difícil, si bien a veces seguía pifiándola en el momento crucial.

Alexis confirmó su magnífica temporada en el club catalán completando un Mundial excelente. Con los galones de líder y con espacios en ataque para explotar su portentoso físico, fue uno de los puntales del equipo entrenado por el argentino Jorge Sampaoli, una de las sensaciones del campeonato.

Tras brillar en Brasil, el Barça ha aprovechado el buen cartel internacional del jugador para conseguir lo que parecía imposible hace unos años: completar una venta millonaria.

Los 42,5 millones que percibirá por el traspaso del chileno servirán, seguramente, para financiar parte de la inversión galáctica del deseado Luis Suárez.

En el horizonte ya se vislumbran los goles del ‘nueve’ uruguayo. Sin embargo, el Barça pierde, por el camino, a Alexis Sánchez, el ‘jugadorazo’ incomprendido que el Camp Nou valoró cuando compró su pasaje para triunfar en Londres.

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