Con un gol de Renato Ramos ante Nacional en Montevideo (1-2), el equipo chileno hizo historia en el torneo sudamericano al clasificar en su vuelta al torneo tras 36 años.
Empujado por la fuerza espiritual y el fervor de millares de “paisanos” que alentaron desde Chile y el Medio Oriente, Palestino hizo historia en el marco de la Copa Libertadores tras clasificar a la fase de grupos del torneo, desplazando al linajudo Nacional en Montevideo. El triunfo en el partido de ida amortizó la caída sufrida en esta revancha (2-1), donde el gol anotado por el Tiburón Ramos terminó entregándole el pase a la ronda estelar y el sueño cumplido de lucir –junto a Boca Juniors, por ejemplo– en la vitrina sudamericana.
Ni la lluvia ni el viento atenuaron la vibración de un primer tiempo intenso y atractivo. El silencio del Parque Central de Montevideo, reflejo expresivo de la sanción al público local, privó del entusiasmo popular a un espectáculo gustador, que tuvo tres goles y una evidente alternancia en el dominio del juego.
Ya a los 4’, un corner de Palestino casi se transforma en autogol, pero el portero Munúa evitó la caída, y poco después fue Darío Melo quien se vistió de salvador para contener un remate de Romero.
Hasta la media hora Palestino se movía mejor, con tanto aplomo como agresividad ofensiva y sin desprecio por el área rival. Por ejemplo, tras una llamativa jugada de Jason Silva, Riquelme metió un centro al área y nadie arremetió para marcar la apertura inminente. Fruto de ese periodo de mayor presencia tricolor, a los 37’ otro centro largo de Riquelme desde la derecha encontró destapado en el área al incombustible Renato Ramos –cumpliendo 37 años– para conectar un certero frentazo a la red, en el 1 a 0 que ilusionaba al equipo chileno.
Sin embargo, Nacional sostuvo la presión en el medio del campo y su aceleración en los metros finales, capitalizando el mal posicionamiento de los centrales palestinistas, y aquella ventaja duró apenas cuatro minutos. A los 41’, Fernández envió un pelotazo desde la derecha y ante la atropellada de Alonso el zaguero Lanaro desvió el balón contra su arco. Aquella falencia del equipo de colonia se repitió pronto, con una línea defensiva demasiado adelantada, y a los 44’ fue Gastón Pereiro quien aceleró a fondo por el centro con pelota dominada y, luego de amagar ante el arquero Melo, ingresó al arco con el balón para establecer el 2 a 1 uruguayo…
En la historia del segundo lapso fue tan esperado como determinante el ingreso de un crack que no pierde su clase a los 38: Álvaro Recoba, quien remplazó a Fernandez. En su primera intervención, habilitó de taco y el remate posterior de Alonso rebotó en el travesaño.
Palestino ya tiene cartel de equipo tácticamente inflexible y no lo traicionó en el periodo final, porque siguió atacando y mantuvo las fisuras defensivas propias de un esquema atrevido, de matar o morir.
La nota insólita se produjo a los 74’, cuando un gas lacrimógeno obligó a suspender el encuentro durante cinco minutos. Tras la pausa, Palestino impuso su solidez colectiva y bien parado en el fondo soportó el asedio desordenado de los uruguayos, que insistieron en los pelotazos largos sin destino. En cambio, los tricolores controlaron el juego, no se salieron de su mecánica acostumbrada e, incluso, Riquelme derrochó el gol del empate cuando se jugaban los minutos de descuento.
Al fin, el sueño palestinista –“irreal”, según el técnico Pablo Guede– le permite materializar la hazaña de la clasificación a la fase de grupos, capitalizando 900 mil dólares por el logro, y el pase para compartir la serie (5) con Boca Juniors, Zamora de Venezuela y Montevideo Wanderers. Treinta y seis años después, Palestino hace historia en Sudamérica.
PORMENORES
Copa Libertadores, Estadio Parque Central de Montevideo.
PALESTINO (1): Melo; Escudero, Lanaro, Contreras; Farías, Carvajal, Rosende, Silva (Chaves), Valencia; Riquelme y Ramos.
NACIONAL (2): Munúa; Romero, Aja, De Los Santos, Díaz; Porras, Arismendi; Fernández (Recoba), Pereiro, De Pena; Alonso.
Goles: 37’ Ramos, 41’ Lanaro, 44’ Pereiro.
