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Messi jugó como en el Barcelona

Ayudado por los espacios paraguayos, el mejor jugador del mundo por fin hizo un partido redondo, incluyendo esas diagonales que tanto deleitan a los catalanes en el Camp Nou.


Es cierto que todo se le facilitó por el tempranero gol de Marcos Rojo, que obligó a Paraguay a desarmar su fortaleza para salir a pelear en campo enemigo.

Pero eso no es culpa de él. Al revés, hay que reconocer que aprovechó todos los espacios para meter esas diagonales mortíferas que lo han llevado a la cumbre del fútbol mundial.

Esta noche en el estadio Ester Roa de Concepción por fin apareció el Lionel Messi que todo amante del fútbol espera. Para mejor, en esta copa ha encontrado en el largirucho Javier Pastore un socio ideal, porque este interpreta el fútbol de igual manera, con un andar incluso más elegante, y que no pierde precisión en velocidad.

Con semejante dúo el resto parece estar de más. Incluso con monstruos como Sergio Aguero y Ángel di María, que en este torneo se han limitado a aprovechar todo el entramado construido por Messi y Pastore.

El media punta del París Saint-Germain postuló también a ser catalogado la figura de la goleada, pero Messi fue más constante y ubicuo en todas las jugadas de riesgo: las que entraron y las que no.

Hasta el partido de hoy los albicelestes solo habían anotado cuatro veces. Ahora se pusieron al día de la mano de su estandarte y asustan para la gran final del próximo sábado en el Estadio Nacional.

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