La cal viva es la responsable.
Una práctica habitual en los estadios es, al momento de salir los equipos a la cancha, utilizar extintores para llenar todo de una colorida nube de humo.
Lo que para algunos es bello y es parte del «folkore del fútbol», para una joven fue la causa de una «irremediable ceguera», como advirtió el doctor Raimundo Charlín en una carta enviada al diario El Mercurio.
La razón es que para obtener los distintos colores, introducen tiza a los extintores. Pero para el color blanco usan, como indica el doctor, cal viva.
«La cal, en contacto con humedad, tiene la máxima causticidad imaginable», contando además que los cadáveres se deshacen en cal viva.