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En el Estado de Ceará las pandillas se han unido para enfrentar a los militares y policías, su enojo se debe a cambios en el sistema carcelario impulsados por Bolsonaro.
Un despliegue especial de tropas brasileñas comenzó a realizarse en la ciudad norteña de Fortaleza con el objetivo de detener el aumento de los ataques violentos ejecutados por bandas criminales contra bancos, autobuses y tiendas, según dijeron las autoridades.
Este fin de semana, 300 soldados patrullarán Fortaleza y otras ciudades en el estado de Ceará, informó el secretario de Seguridad Pública Nacional, Guilherme Teófilo. La intervención es la primera prueba del estricto plan de ley y orden que pretende impulsar el nuevo presidente, Jair Bolsonaro. Es así como el ministro de Justicia brasileño, Sergio Moro, ordenó el despliegue luego de concluir que la policía de Ceará estaba abrumada.
Los informes de inteligencia publicados por los medios de comunicación sugirieron que las pandillas se rebelaron contra las nuevas y duras medidas impuestas recientemente en las prisiones del Estado, lo que habría desencadenado la ola de violencia. Incluso se sabe que dos pandillas de Ceará han dejado de lado su rivalidad para unir fuerzas contra el Gobierno, informó el sitio web de noticias G1. Los cambios que tienen enfurecidos a los pandilleros incluyen bloqueos en las señales de teléfonos celulares y el fin de una política de separación de presos de acuerdo con la afiliación de pandillas.
Bolsonaro se ha comprometido a acabar con el crimen desenfrenado de Brasil extendiendo la inmunidad a los soldados y policías que utilicen la fuerza letal, además de facilitar leyes sobre armas de fuego para que los ciudadanos puedan enfrentar a los delincuentes armados.
