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El episodio ocurrió en el marco del Acto 9, el noveno sábado consecutivo en que los «chalecos amarillos» se manifiestan en Francia, en unas protestas que han acabado normalmente en disturbios de gravedad [ACTUALIZADA]
Un “chaleco amarillo” herido en la cabeza, sangrando profusamente. Esa fue una de las imágenes que dejó la nueva jornada de protestas de este grupo ciudadano contra el Gobierno de Emmanuel Macron en Francia.
El episodio ocurrió en el marco del Acto 9, el noveno sábado consecutivo en que los «chalecos amarillos» se manifiestan en Francia, en unas protestas que han acabado normalmente en disturbios de gravedad.
Este impactante nuevo registro de la violencia policial contra los denominados “chalecos amarillos” ocurrió en la ciudad de Burdeos.
En el video difundido por la cadena France 3 Aquitaine se ve a un grupo de “chalecos amarillos” perseguidos por la policía, que usa granadas de gas lacrimógeno y al menos un lanzador de balas conocido como “flash ball”.
El video luego muestra a un chaleco amarillo inmóvil boca abajo, sangrando en la cabeza. Luego, otro registro devela cómo algunos de los transeúntes acudieron en su ayuda.
Los enfrentamientos entre agentes antidisturbios de la policía y manifestantes del movimiento «chalecos amarillos» comenzaron con el lanzamiento de piedras y de gases lacrimógenos en torno al Arco del Triunfo, en París y en la ciudad de Bourges (centro del país).
Los choques, que por el momento están localizados y no son de gran intensidad, estallaron en París poco después de las 14.30 hora local (13.30 GMT), cuando algunos encapuchados comenzaron a arrojar objetos a los antidisturbios, que respondieron con cargas y gases lacrimógenos.
Al menos 53 personas fueron detenidas hasta ahora en París, en su mayoría por portar armas blancas.
A la misma hora, manifestantes congregados en Bourges comenzaron a quemar parte del mobiliario urbano y a enfrentarse con la policía, pese al gran despliegue de antidisturbios en el centro de la ciudad.
Los «chalecos amarillos» llamaron a manifestarse en Bourges para poder reunir al mayor número de gente posible y para simbolizar el malestar de la «Francia de provincias» frente a la capital.
Según la prefectura (delegación del Gobierno), más de 5.000 participan en la protesta en esa pequeña localidad de menos de 70.000 habitantes.
El primer ministro, Édouard Philippe, anunció el lunes, después de los disturbios del sábado pasado, que el Gobierno legislará para sancionar a los participantes en manifestaciones no declaradas y para crear un registro de agitadores, de forma que se les pueda impedir su presencia en las protestas.
El Ministerio del Interior ha prometido una respuesta «extremadamente firme» si se viven nuevos episodios de gran violencia hoy.
