Según el relato, Raúl Ávila «se abalanzó sobre el adolescente, lo lanzó al suelo, lo golpeó en diferentes partes del cuerpo y lo obligó a permanecer boca abajo», aún cuando el menor no estaba oponiendo resistencia.
El exsargento Raúl Ávila fue formalizado por el delito de apremios ilegítimos en contra del menor que viajaba en el tractor que manejaba Camilo Catrillanca el día de su muerte.
La fiscalía de La Araucanía ya lo tenía como imputado, junto a los otros involucrados en la muerte del comunero mapuche. Pero el persecutor Roberto Garrido asegura que el ex sargento realizó, «sin que mediara una situación de peligro para su propia integridad o la de sus acompañantes», una serie de disparos hacia el tractor en que se encontraba Catrillanca y el menor de 15 años, de iniciales M.A.P.C.
En la audiencia realizada durante esta jornada, Garrido añadió a Ávila el delito de apremios ilegítimos contra el joven, quien, según relató el fiscal, se bajó del tractor y permaneció de pie con las manos levantadas.
«Sin que existiera un tipo de resistencia, el imputado Ávila se abalanzó sobre el adolescente, lo lanzó al suelo, lo golpeó en diferentes partes de cuerpo y lo obligó a permanecer boca abajo por unos instantes, para luego inmovilizarlo, atando las manos del joven y poniendo uno de sus pies en su espalda», aseguró Garrido.
Debido a este añadido, a Ávila se le cambiaron las anteriores imputaciones que se le habían realizado en un principio, que eran por homicidio frustrado y consumado, siendo ahora entonces indagado por apremios ilegítimos, obstrucción a la investigación, e infidelidad en la custodia de documentos. Estos dos últimos, por mentir en su declaración ante la fiscalía y destruir la tarjeta de memoria que registró los hechos.
El resto de imputados siguen con sus anteriores delitos.