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Estudio de la OCDE revela que casi el 50% de los hogares chilenos pertenecen a la clase media MERCADOS

Estudio de la OCDE revela que casi el 50% de los hogares chilenos pertenecen a la clase media

De acuerdo al estudio titulado «Bajo presión: La clase media exprimida», la situación chilena es similar a la de México, Estados Unidos o Israel.


El nivel de vida de la clase media ha caído, mientras que la misma clase media en sí va desapareciendo. Eso es lo que determinó un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Bajo el título «Bajo presión: La clase media exprimida», la OCDE presentó este miércoles un informe en el que destaca que los hogares de la clase media de los países integrantes de esta institución están «cada vez más angustiados por su situación económica» y muchos consideran «injusto» el sistema socioeconómico.

Según la OCDE, el 10% de las personas más ricas acumulan casi la mitad de la riqueza del mundo, mientras que el 40% de las personas con menos ingresos se reparten el 3 por ciento.

Asimismo, sostiene que los integrantes de este grupo social han sido testigos del encarecimiento de su estilo de vida, especialmente el del coste de la vivienda, la buena educación y la atención sanitaria, que han crecido por encima de sus salarios; y detalla que más de uno de cada cinco núcleos familiares de clase media gastan más de lo que ganan.

En concreto, la OCDE sostiene que entre 2007 y 2016 el aumento anual de los ingresos reales medios fue de un 0,3% en los países de la OCDE, comparado con el 1% entre mediados de los 80 y mediados de los 90 y del 1,6% entre mediados de los 90 y mediados de la primera década de este siglo.

El informe, que también llama la atención sobre la persistencia de las desigualdades de género, destaca que, además, las perspectivas laborales son cada vez más inciertas, dado que uno de cada seis trabajadores de ingresos medios tienen trabajos con alto riesgo de ser automatizados.

Particularmente en Chile, la clase media alcanza un 47% de los hogares, es decir, que casi la mitad de la población recibe una remuneración entre el 75% y 200% del ingreso nacional mediano ($783.033), entre $587.274 y $1.566.066, respectivamente.

Algunos países que están en similares condiciones que la chilena son México, Estados Unidos e Israel. Mientras en países nórdicos o algunos países de Europa continental, la cifra llega al 70%.

La OCDE advierte de que, entre mediados de los años 80 del siglo pasado y mediados los años 10 de este siglo, el número de hogares de los países de la OCDE que pertenecían a clase media se redujo del 64 % al 61 %.

La OCDE recordó un anterior estudio en el que destacaba que una persona nacida en una familia pobre necesita entre cuatro y cinto generaciones (unos 150 años) en alcanzar el nivel de ingresos medios.

Así, insistió en que esta tendencia es «política y económicamente insostenible» porque, según establece el estudio, «una clase media próspera y fuerte es crucial para cualquier economía con éxito y una sociedad cohesionada».

De este modo, plantea que en el sistema político actual mientras la clase media se ha convertido es el sector más vulnerable, es a su vez el que «sostiene el consumo, dirige una gran parte de la inversión en educación, sanidad y vivienda y juega un papel clave en apoyar los sistemas de protección social a través de sus impuestos».

Sociedades con una clase media fuerte, apunta la OCDE, tienen bajos niveles de crimen y disfrutan de mayores niveles de confianza y satisfacción, así como de una mayor estabilidad política y buen gobierno.

Ante este panorama tan poco halagüeño, la OCDE insta a las autoridades a aplicar planes de acción que aborden estos problemas y alivien las cada vez mayores presiones económicas que sufre la clase media, que define como aquel grupo social cuyos ingresos se sitúan entorno al 75 % y el 200 % del sueldo medio de cada país.

«Los Gobierno deben tener un amplio abanico de herramientas políticas para abordar los retos que presentan estos gastos injustos e inabordables y la vulnerabilidad laboral, por lo que se necesitan reformas en el mercado de trabajo, la educación, los sistemas de formación, así como de las políticas sociales y fiscales», asegura el estudio.

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