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El hallazgo de la PDI, realizado por orden de la jueza Viviana García, deja en evidencia que Moya tenía en su casa los elementos que deberían haber estado en la fiscalía y no en su casa. La situación pone en riesgo la causa.
12 celulares, un set de evidencias y dos discos duros de los ministros de la Corte de Apelaciones de Rancagua, Emilio Elgueta y Marcelo Vásquez, ambos indagados por delitos de corrupción, fue el hallazgo de la PDI en la casa del fiscal jefe de Alta Complejidad de Rancagua, Sergio Moya. Esto, tras un allanamiento ordenado por la jueza Viviana García.
Según consigna La Tercera, el domicilio y la oficina de Moya fueron allanados por García luego de que el fiscal regional de Aysén, Carlos Palma, se lo pidiera basándose en el correo que el fiscal Emiliano Arias presentó en el interrogatorio al que fue sometido tras la denuncia por presunto tráfico de influencias y develación de secreto en causas penales realizada por el propio Moya.
Las evidencias encontradas en la casa de Moya debían estar en manos de la fiscalía y no en su casa.
Cabe mencionar que, en su defensa, Moya afirmó a través de un escrito al Juzgado de Garantía de Rancagua que esas evidencia estaban en su vivienda ya que ese mismo día se las iba a llevar a la Fiscalía Regional Metropolitana Sur, donde comenzaría a trabajar.
El hallazgo prende alarmas en el Minsiterio Público ya que, según señala el medio antes citado, si las evidencias no contenían la cadena de custodia respectiva es probable que lo que se encuentre en esos dispositivos tecnológicos no pueda ser ocupado en la indagatoria contra los magistrados, provocando un daño mayor que podría ser usado a favor de las defensas de los jueces.
