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Crédito: Pantallazo de programa «Diálogo Maestro»
«Yo no estaba de acuerdo con el indulto. Yo aprecio la voluntad que hay detrás de no quedar indiferente ante lo que estaba pasando, pero la propuesta que yo había hablado con algunos diputados y senadores era distinta, porque justamente yo tenía miedo de que se cayera en estas disquisiciones filosóficas, jurídicas, qué es lo que es un preso político y, en segundo termino, caer en la prisión preventiva que son discusiones interesantes, pero que en realidad nos desviarían del tema principal», dijo el sacerdote jesuita.
El sacerdote jesuita Felipe Berrios participó este pasado lunes en la sesión de la comisión de Derechos Humanos del Senado para manifestar nuevamente su rechazo al proyecto que pretende indultar a detenidos durante el estallido social, tema que trataba la instancia.
«Yo no estaba de acuerdo con el indulto. Yo aprecio la voluntad que hay detrás de no quedar indiferente ante lo que estaba pasando, pero la propuesta que yo había hablado con algunos diputados y senadores era distinta, porque justamente yo tenía miedo de que se cayera en estas disquisiciones filosóficas, jurídicas, qué es lo que es un preso político y, en segundo termino, caer en la prisión preventiva que son discusiones interesantes, pero que en realidad nos desviarían del tema principal», dijo en la instancia, luego de solucionar problemas con su internet, ya que se estaba conectando remotamente desde Antofagasta.
Si bien no es partidario del indulto, Berríos si es partidario de «que hubiera una comisión. Segundo, que diera cuenta de en qué estado psicológico y físico se encuentran. Hay muchos chiquillos que han tratado de suicidarse. Y un informe jurídico, porque a estos chiquillos se les va alargando la prisión preventiva. Luego viene lo de posponer y posponer los juicios. Yo no pido buenismo, sino que pido justicia. Cuando yo hablo de salida política hago un parangón con lo de los camioneros que se tomaron las carreteras del país».
«Lo que yo había propuesto con un grupo de personas era que la Cámara de Diputados y el Senado, juntos, le propusieran alguna entidad como el Colegio de Abogados hiciera un estudio de cuántos presos a partir del 18 de octubre por la revuelta hay en Chile, porque los números que dio la Corte Suprema no coinciden con los presos que voy a ver aquí en Antofagasta», añadió.
Otra de las críticas de Berrios apuntó a cómo se resuelven, avanzan o se estancan este tipo de causas. «En la cárcel no hay ninguna persona, o muy pocas personas, de clase alta o con medios económicos», apuntó. Con esto, «se está cometiendo una tremenda injusticia. Estamos echándole más fuerza al siguiente estallido. Y todo lo que dijeron los políticos, artistas, los medios de comunicación que presentaron a estos chicos como héroes de la primera línea, todos se han dado vuelta la espalda. Todos preocupados del 10% y de las elecciones, y estos chiquillos llevan algunos más de un año presos en prisión preventiva».
«La ley de indulto no va a solucionar inmediatamente este problema. Al contrario, como ha pasado, se ha derivado en una discusión abstracta jurídico-filosófica sobre la prisión preventiva y estos chiquillos siguen ahí pagando injustamente sin haber sido juzgados y sin tener un juicio», cerró.
