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El profesor de derecho electoral e integrante de la mesa técnica del proceso constituyente conversó este martes con El Mostrador en La Clave, de Radio La Clave sobre posibles mejoras al sistema electoral chileno, como la posibilidad de votar a través remota o por carta, justo en la semana en donde el Congreso decidirá si las elecciones del 10 y 11 de abril se aplazan por la pandemia del Covid-19.
El abogado, profesor de derecho electoral e integrante de la mesa técnica del proceso constituyente, Gabriel Osorio, se refirió este martes a posibles mejoras al sistema electoral chileno, como la posibilidad de votar a través remota o por carta, justo en la semana en donde el Congreso decidirá si las elecciones del 10 y 11 de abril se aplazan por la pandemia del Covid-19.
En conversación con El Mostrador en La Clave, de Radio La Clave, el profesional comenzó poniendo un contexto: «más que cuestionar nuestro sistema electoral, hay que pensar que el sistema electoral chileno es producto de un avance democratizador que se inició a principios del siglo XX, a propósito de las primeras legislaciones electorales. El sistema electoral chileno no fue algo dado o inventado durante un determinado período, sino constituye el aprendizaje de un siglo».
En ese sentido, dijo que «se ha intentado llevar a cabo sistemas distintos de votación, como la electrónica o remota. Sin embargo, la experiencia comparada, con la excepción de los países del Báltico, ha sido más bien de intentar proscribir este tipo de sistemas de votación. Más bien es lo que se ha intentado es lanzar un sistema de votación como en Estados Unidos».
«Ese tipo de sistema de votación, que no son incompatibles con el sistema de votación que tenemos en Chile -no son cosas que son contradictorias-, requieren no sólo grandes reformas sino que una preparación institucional que involucre empresas públicas, como Correos de Chile, e implica una nueva educación por parte de la ciudadanía sobre cómo ejercer este derecho a voto. Evidentemente en las circunstancias en las que nos encontramos, por el lado de la pandemia, y más aún frente a un súper ciclo electoral que recién va a terminar a mediados del 2022, no es posible introducir este tipo de mecanismos sin al menos haber sido probados con pilotos», aseguró.
«El sistema electoral chileno no es un sistema atrasado, es un sistema que ha sido probado tanto en su fase de transparencia como rapidez en la entrega de resultados, pero al mismo tiempo, requiere de nuevos instrumentos para poder mejorar la calidad de la participación de la democracia, pero al mismo tiempo recordemos que nos encontramos frente a dos situaciones excepcionales: una situación que dice relación con la pandemia del Covid-19, pero también otra situación política especial, que implicó generar nuevos hitos electorales, como el plebiscito y la elección de constituyentes, que estresan nuestro sistema», añadió a su explicación.
Ante el cuestionamiento si es difícil implementar este tipo de sistemas, Osorio ejemplificó comparando dos situaciones: las transacciones electrónicas y el voto de parlamentarios en el Congreso, con la situación que viven familias que para tener buena señal de internet deben subir cerros. «Esto es otra demostración de la desigualdad en el acceso a la tecnología que tiene Chile», reconoció.
«Ese tipo de reforma tiene que ser pensada sobre ese Chile y no sobre el Chile que normalmente uno se mueve. En ese sentido, evidentemente el Servicio Electoral (Servel) si bien a veces es conservador, también nosotros… yo comparto el argumento de que el sistema electoral chileno en cuanto a transparencia y trazabilidad debe ser resguardado pero agregando elementos de participación, como el voto anticipado o por correspondencia, pero siempre manteniendo la estricta necesidad de que sean los propios ciudadanos los que escruten o determinen el ganador. La confianza en nuestro sistema electoral radica en que somos nosotros mismos quienes dicen quién ganó en cada una de las mesas», dijo.
Entonces, ¿debe reformarse el sistema? «Sí, pero hay dos cosas que son anteriores: uno, que la política, cuando se pide participación en un sistema de voto voluntario, la política tiene que ser atractiva, y por otro lado, en el sistema democrático debe cumplir con ciertos estándares que no necesariamente cumplen los bancos y otras instituciones, como el secreto al sufragio, la transparencia del proceso, que sean los propios ciudadanos los que determinen los que ganen la elección, la posibilidad de que sean los tribunales los que accedan a cada uno de esos datos, y que en definitiva no por tratar de generar mayor participación, el proceso se oscurezca».
«El sistema electoral no debe generar desigualdades en cuanto al acceso. Yo pienso en pandemia que las personas que tienen mayor desconexión o menores recursos tendrán que ir a exponerse a una urna mientras otros en la seguridad de sus casas van a poder votar por correo. Yo concuerdo en que debe modernizarse el sistema electoral pero debe modernizarse cumpliendo con esos principios. No es como llegar e implementar un sistema de pago electrónico como Transbank, es mucho más delicado porque es de la esencia de la democracia como estas reglas deben funcionar, pero además yo creo que no solamente tenemos que culpar al sistema», cerró.
