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Alfredo Castro, actor y dramaturgo: “Un Estado garante en materia artística y cultural puede reducir la precarización de las artes” PAÍS

Alfredo Castro, actor y dramaturgo: “Un Estado garante en materia artística y cultural puede reducir la precarización de las artes”

En el séptimo capítulo de la segunda temporada del espacio de conversación “Desde la Academia”, producido por la Universidad Academia de Humanismo Cristiano en colaboración con El Mostrador, el reconocido actor de cine y teatro se refiere a la supervivencia de las artes en pandemia, el “infierno burocrático” que significa la postulación a fondos culturales y su preocupación ante el avance de la ultraderecha a nivel internacional.


Uno de los rostros más reconocidos del teatro, el cine y la TV local, el actor Alfredo Castro, quien ha cosechado galardones dentro y fuera del país, dice que no se ha dejado seducir por los sueños hollywoodenses y que el éxito internacional es la medida de su apego por Chile. “Mientras más lejos, más cerca me siento de mi territorio”, explica sobre su atención a la contingencia en el episodio más reciente de “Desde la Academia”. En el espacio producido por la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, en conjunto con El Mostrador, el fundador del Teatro La Memoria, analiza los estertores culturales y políticos de un año agitado.

“Siempre me he sentido haciendo lo que hago como un servidor público. Siempre pienso hacerlo para modificar a otro sujeto, hombre o mujer, me identifico más bien con esa posibilidad”, señala Castro, quien llegará próximamente al Festival de Cine de Sundance con “La vaca que cantó una canción hacia el futuro”, sobre una expresión artística que surge de lo que describe como una ética del deseo, comunitaria y no egoísta. Señala también estar consciente de que los roles artístico y social van de la mano y que, a partir de esa dualidad, los grupos teatrales, por ejemplo, operan como verdaderas comunidades solidarias, algo que quedó de manifiesto durante la pandemia cuando su sala teatral abrió sus puertas para recibir a otras compañías. “En Chile no hay actor de teatro que viva de la actuación, un número muy reducido de personas del medio vive de la televisión y lo que hacen las otras personas es dar clases”, detalla sobre una escena aún precaria.

El entorno académico aporta a esta escena compleja con un menguante grado de apertura, sostiene y que influye gravemente en la formación de nuevas audiencias, un ciclo que incide en el “analfabetismo cultural”, cree Castro y que se nota en “la cantidad de gente que va a votar o no y en los sueños que Chile tiene o no tiene. La gente no está accediendo al mundo emocional, espiritual e intelectual, no está siendo capaz de leer la realidad desde un código un poco más sofisticado”, opina.

Financiamiento cultural como una competencia asimétrica

Entrando en la contingencia política y el proceso constituyente, Alfredo Castro se declara muy expectante de la redacción de ésta y del trabajo de la Asamblea Constituyente. “Me parece un ejemplo notable de representatividad. Necesitamos menos presidente y más cámara única, siempre que esta sea representativa”.

Con el mismo acento, el dramaturgo aborda el inminente proceso eleccionario y un preocupante avance de la ultraderecha internacional, dice, en la escena chilena: “Estoy intentando ser lo menos ingenuo posible. Creo que esto no es sólo en Chile, creo que hay algo conspirativo. Esto es algo que se ha hecho sistemáticamente, de manera brillante. Hay que estar muy atentos y alertas a eso”, plantea sobre la popularidad alcanzada por el representante del Partido Republicano José Antonio Kast. Por otro lado, proyecta el triunfo del candidato magallánico Gabriel Boric: “Si nuestro país retoma la cordura creo que va a ganar Boric. No por un margen muy grande, no importa, pero mi sueño, mi necesidad y deseo es que tengamos un gobierno que nos represente a todos, a todas y a todes”.

Finalmente, Alfredo Castro se refirió a un tema delicado sobre la institucionalidad cultural chilena en el que, incluso, pone por delante de sí a los/as artistas emergentes por sobre las vacas sagradas a la hora de la asignación de fondos de cultura, iniciativas de financiamiento a las que describe como “un espacio absolutamente antidemocrático”. “El tema de la postulación a estos fondos se ha convertido en un infierno burocrático para todo el mundo, donde efectivamente personas en situación de vulnerabilidad o escasos recursos no pueden acceder a los fondos. Eso es algo que hay que revisar completamente”, recomienda.

En esa línea propone una refundación del Ministerio de la Cultura y cree que un Estado garante en materia artística y cultural, como el que propone Gabriel Boric en su programa, puede reducir la precarización de las artes a través de subvenciones y fondos fijos no concursables para pueblos originarios y otros sectores en crisis, por ejemplo. “La asignación de dineros estatales tiene que apuntar principalmente a los/as jóvenes de sectores más vulnerables. ¿Cómo es posible que yo, Héctor Noguera y otros estemos concursando contra chicos/as de 20, 30 años que están recién empezando su carrera? Eso no es democrático, no es lógico. Deberían sacarnos de la concursabilidad, nosotros estamos destinados a ser buenos evaluadores», aclara Alfredo Castro.

El séptimo capítulo de la segunda temporada del espacio “Desde la Academia”, producido desde la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, contó con un panel de docentes de esta casa de estudios formado por la Doctora en Artes, Claudia Cattaneo, la Doctora © en Educación, Marisol Campillay, la investigadora en artes escénicas y guionista, Gladys Alcaíno y el rector de la Academia, Álvaro Ramis.

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