Gastronomía
Con este sello se reconoce al aceite de oliva del valle del Huasco como un referente de calidad, rescatando las tradiciones locales, a través del uso de la variedad de olivo “Sevillana”, un producto único en aroma y sabor, gracias a las características de clima y suelo, reconocidas del valle del Huasco.
En una ceremonia realizada en la Municipalidad de Freirina en la Región de Atacama, se entregó el reconocimiento como Denominación de Origen (D.O.) al Aceite de Oliva del Valle del Huasco.
El sello fue recibido por Herman Von Mayenberger, representante de la Asociación Gremial de Agricultores de la Provincia del Huasco, y Daniela González del Comité de Administración de la D.O.
Con el apoyo del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), para mejorar tecnológicamente de los procesos productivos, se ha logrado convertir al aceite local en un referente de calidad.
Además, se ha rescatado las tradiciones locales, a través del uso de la variedad de olivo “Sevillana”, brindando a este producto características únicas, diferenciadoras y de gran sabor para los consumidores.
El subsecretario de Agricultura, Alfonso Vargas, felicitó a los oliveros por su perseverancia y señaló que «con este sello se reconoce al Aceite de Oliva a su saber-hacer único, a la calidad de su trabajo y a la tradición histórica y geográfica en la que se enmarca».
Un Comité administra esta D.O. y el reglamento que asegura el uso de materias primas y procesos industriales que responden a la tradición, calidad e inocuidad que esperan los consumidores. El organismo está conformado por el INIA, dos productores y dos representantes de Gobierno Regional.
«Queda pendiente velar por el cumplimiento de este reglamento y trabajar la aplicación de estrategias de marketing, así como también mayor difusión de estos beneficios a otros sectores productivos, como es la gastronomía, turismo, entre otros», señaló Vargas.
Este aceite forma parte de la cartera de 31 productos que actualmente integran el Programa Sello de Origen del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo y del Instituto Nacional de Propiedad Intelectual (INAPI).
El programa nació el año 2012 como una herramienta que busca proteger a los productores de la competencia desleal, y también al consumidor. Al igual que las marcas, las D.O. facilitan a los consumidores la decisión de compra, porque producen una diferenciación.
El seremi de Agricultura, Patricio Araya manifestó que «desde ahora, el desafío para todos los productores que deseen hacer uso del sello de Denominación de Origen, es que deberán cumplir con el reglamento de uso y control, que fue definido por el Comité Técnico», el que
Para Deisy Rojas, productora de la empresa Olivos Centenario, «esta Denominación de Origen es super importante para nosotros, pues ahora la recibimos en la región y es un sello que señala que este aceite es diferente, que tienen características únicas del desierto de Atacama, del fértil Valle del Huasco».
Y agregó: «No hay otro igual en el mundo. Esto viene a dar nuevas oportunidades para que surjan nuevas iniciativas, en el turismo rural, como patrimonio alimentario, en cata de aceites, para que otros se sumen y vean una oportunidad de negocio, pues nuestro aceite de oliva tiene una identidad de nuestro territorio y nos representa».
Las D.O. abarcan cuatro elementos esenciales:
