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Cómo los turistas de Instagram se convertieron en un mal para el medioambiente Viajes

Cómo los turistas de Instagram se convertieron en un mal para el medioambiente

Los influencers de las redes sociales, irónicamente, están destruyendo algunos de los lugares más impresionantes. Los seguidores de la etiqueta #instagramfamous dejan basura en diversos paisajes naturales.


Después de un invierno, la primavera llegó al sur de California, y con ella las flores silvestres. Es un paisaje muy hermoso como para perdérselo. Hasta que alrededor de unas 50.000 personas acudieron en busca de la toma perfecta.

¿El resultado? Las delicadas amapolas fueron pisoteadas, arrancadas y destruidas. Lo peor es que ya no volverán a crecer. Es el resultado de turistas que les aporta más la foto que subirán a sus redes sociales que destruir un lugar bello por naturaleza.

Invasión de turistas

Lo que solía ser un lugar de reunión familiar, con vistas al río Colorado cerca del Gran Cañón, se ha convertido en uno de los lugares más publicados en Instagram en Estados Unidos.

Así, Horsehoe Bend pasó de atraer a unos pocos miles de visitantes por año, a un par de millones. Los estacionamientos se están ampliando para dar cabida a las multitudes que obstruyen los senderos y causan tráfico.

No es el único lugar. Poco después de que el fotógrafo Johannes Holzer publicara una foto de un lago bávaro, donde creció, los influencers acudieron rápidamente al lugar.

Ahora, pareciera como si el sendero para llegar al lago hubiera sido pisoteado por un batallón, dijo la emisora alemana Bayrischer Rundfunk. También está lleno de basura y de colillas de cigarrillos, ya no es el lugar tranquilo que solía ser.

También sucedió en un pueblo austriaco de tan solo 700 habitantes. Luego de que se convirtiera en la postal perfecta en Instragram, los influencers no tardaron en llegar.

En promedio 80 autobuses y 10.000 turistas comenzaron a llegar todos los días. Los lugareños se quejan de que los turistas se meten en sus propiedades para buscar el ángulo perfecto. Esto altera la paz y la tranquilidad de este pueblo.

Daño al ecosistema

Playa Jardín en Tenerife, España, es un lugar muy popular entre los fotógrafos que construyen pequeñas torres con piedras recogidas de las playas cercanas. Sus diseños pueden ser espectaculares para tomar fotos. Sin embargo, dañan el ecosistema, ya que las arañas, los insectos y los lagartos ya no se pueden refugiar bajo las piedras.

Además, los organismos vegetales esenciales para la salud del suelo son arrancados cuando se reposicionan las piedras. Los ecologistas han lanzado la campaña #pasasinhuella, para desarmar estas torres de piedra. Sin embargo, días después los influencers comenzaron a armar otra vez las torres.

También sucede en la playa La Oliva en Fuerteventura, que se ha convertido en una atracción para los influencers. Esta playa posee algas que se asemejan a las palomitas de maíz y muchos se las han llevado como souvenirs. Se estima que 10 kilos están desapareciendo por día. Para generar conciencia, The Clean Ocean Project ha comenzado a publicar estas fotos en Instagram.

Con más de 10 millones de imágenes en Instagram, Islandia se ha convertido en un destino muy popular para los influencers. Pero para obtener la foto perfecta dañan la naturaleza. Se sientan en los glaciares, caminan sobre el musgo, el cual puede morir, y vuelan drones sobre los animales salvajes. El centro de turismo ha puesto en marcha iniciativas para promover la comportamiento de los turistas.

La cuenta anónima de Instagram “Public Lands Hate You” denuncia el comportamiento irresponsable. Esta cuenta publica las fotos de aquellas personas que han roto las normas. Esto ha llevado a que marcas rompan sus acuerdos con algunos influencers, e incluso ha sido material de investigación. Pero también ha generado controversia, ya que nombran a personas sin su consentimiento.

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