Gastronomía
Desde una nutritiva ensalada hasta una contundente hamburguesa. El jamón serrano permite realizar una serie de combinaciones culinarias para todos los gustos, tanto para aquellos que cuidan su alimentación como para quienes quieren disfrutan la buena mesa sin culpas.
Un preparado de cerdo de capa blanca. El jamón serrano se ha convertido en un alimento cada vez más consumidos entre los chilenos, nos solo para consumirse en tablas de pubs y restaurantes sino que se vende en los supermercados y hasta en negocios de barrio.
Este producto tradicional hispano puede convertirse en la mejor elección para comer en cualquier formato, ya que tiene la ventaja de ser bajo en grasas y alto en proteínas, siendo además el complemento perfecto por su exquisito sabor.
Desde una ensalada hasta una hamburguesa, el jamón serrano se posiciona de manera transversal en la gastronomía chilena. Ideal para quienes buscan una dieta más equilibrada, pueden disfrutar de una saludable pero sabrosa ensalada de rúcula con jamón serrano y queso azul con vinagreta de nueces. El embutido y la hija verde gana cada vez más adeptos también en las pizzas y sandwiches.
Los más moderados también pueden gozar este clásico español, para estos casos se puede disfrutar de una tarta de jamón, queso y espinacas. Desde la organización Interprofesional Agroalimentaria del Porcino de Capa Blanca español (Interporc) aseguran que una porción moderada cumple con todas las expectativas al ser un platillo que da una sensación de saciedad suficiente, ideal para compartir en grupo con un acompañamiento a gusto.
También puede prepararse con carnes, tal como se usa el tocino, pero con mucha menos grasa y sin perder sabor. Y para los amantes de la buena mesa, que tienen menos restricciones alimenticias, una hamburguesa siempre será una buena decisión. Ya sea de vacuno o cerdo, acompañada de unas lonchas de jamón serrano, cebolla morada y queso cheddar. Un deleite de principio a fin que de seguro querrás repetir.
