Desde el 22 al 29 de agosto se vivirá la Semana Mundial Sin Lácteos, iniciativa global que busca generar consciencia sobre la industria lechera y sus estragos en el medio ambiente, ya que, para producir un litro de leche, son necesarios más de 1.000 litros de agua.
Este 22 de agosto es el Día Mundial de las Leches Vegetales, efeméride que da el vamos a la Semana Mundial Sin Lácteos, una iniciativa que se celebra en todo el planeta y que se realiza en Chile por tercer año consecutivo liderada por Fundación Vegetarianos Hoy.
El desafío busca ayudar a mejorar la calidad de vida del 50% de la población adulta en el país que es intolerante a la lactosa, según datos de la Clínica Las Condes, y que durante una semana dará a áconocer información sobre reemplazos, tips y recetas a los participantes para ayudarles a eliminar los lácteos de su alimentación.
“Cada vez resulta menos lógico consumir leche de otras especies, cuando tenemos infinidad de reemplazos deliciosos, más saludables, y con un impacto mucho menor para el planeta y los animales. Sumarse al desafío es apostar por un futuro mejor para todas y todos”, explicó Camila Ahumada, coordinadora de Campañas de Vegetarianos Hoy.
Según datos de la organización, el perfil de los inscritos de años interiores es bastante constante, ya que las principales razones para participar del desafío son la salud y el medio ambiente.
Así mismo, se estima que el 75% de la población mundial tiene algún grado de intolerancia a la lactosa, al mismo tiempo que la data científica no ha hecho más que afirmar que los lácteos son completamente innecesarios e incluso han sido catalogados como los principales alimentos que pueden aumentar el riesgo a padecer cáncer de próstata.
Además, según estudios internacionales, para producir un litro de leche se necesitan más de 1.000 litros de agua, mientras que, para preparar un kilo de queso y mantequilla, son necesarios 5.000 y 5.500 litros, respectivamente. Datos que también se alinean a lo especificado en el último informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) realizado por el IPCC, en el que se corrobora que las dietas con alimentos de origen vegetal son más amigables con el planeta y cuentan con más oportunidad de adaptación.