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Etología clínica veterinaria vs. “psicología canina” Opinión

Etología clínica veterinaria vs. “psicología canina”

María José Ubilla
Por : María José Ubilla Subdirectora de la Escuela Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales (ECA3) de la Universidad de O’Higgins.
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Indiscutiblemente en los últimos años se ha producido un fenómeno sobre la preocupación de las personas hacia sus mascotas, que ha derivado en una gran oferta de cursos, capacitaciones y asesorías realizados por autodenominados psicólogos caninos, que aseguran resolver problemas de comportamiento animal. Esto lo hemos observado como Colmevet, incluso con querellas por ejercicio ilegal de la profesión que hemos entablado; pero, lo concreto es que el único profesional capacitado para abordar cualquier problema de salud física o mental en los animales es el médico veterinario.

La Etología clínica veterinaria previene, diagnostica y trata trastornos de comportamiento animal y es reconocida por los Colegios Europeo y Americanos de Medicina Veterinaria.

Agresividad, ansiedad, fobias, trastornos compulsivos, son algunas de las pautas de conducta que pueden causar lesión o enfermedad en quien la manifiesta, o que resultan peligrosas o molestas para el propietario; estos afectan el bienestar animal, provocan relaciones desarmónicas humano-animal, generan problemas de salud pública, abandonos e incluso eutanasias.

Para resolver estos problemas de forma ética, profesional y exitosa, se debe contar con título profesional de médico veterinario, sumado a formación de postgrado en etología clínica, formación que permite aplicar: 1) un correcto descarte de alguna patología orgánica base (por ejemplo, neurológica, dermatológica) que puede modificar el comportamiento; 2) una recopilación detallada de la historia del paciente; 3) pruebas de laboratorio complementarias; 4) una terapia de modificación conductual, de enriquecimiento ambiental, y en casos incluso con apoyo de psicotrópicos, acordes a las necesidades del paciente; 5) seguimientos clínicos de los pacientes, lo que permitirá ir evaluando la necesidad de reajuste de la terapia.

Como gremio llamamos a la ciudadanía a asesorarse por médicos veterinarios y no por los denominados ‘psicólogos’ caninos, dado que carecen de formación especializada, produciendo serios desaciertos en la atención de pacientes, diagnósticos obsoletos o errados, pudiendo empeorar la manifestación de trastornos de la conducta.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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