El senador de RN Baldo Prokurica explicó que la idea de postergar la firma se justifica, porque se trata de «una transacción que se hizo 11 días antes del término del gobierno pasado con un Directorio y un presidente ejecutivo de la cuprífera estatal distintos y, sin una licitación pública internacional», argumentó.
El senador Baldo Prokurica (RN), integrante de la Comisión de Minería de la Cámara Alta informó este jueves que el presidente ejecutivo de Codelco, Diego Hernández, confirmó que la firma del decreto que materializa la venta del 66% del yacimiento Inca de Oro se postergó por 30 días, hasta fines de julio.
Con el fin de estudiar más en detalle los antecedentes que motivaron la venta y analizar las eventuales modificaciones que se puedan hacer a esta decisión que se adoptó pocos días antes de que finalizara el gobierno de Michelle Bachelet, la Comisión de Minería del Senado escuchó a los representantes de Cochilco, Codelco y del ministerio del ramo.
Prokurica explicó que la idea de postergar la firma se justifica, porque se trata de «una transacción que se hizo 11 días antes del término del gobierno pasado con un Directorio y un presidente ejecutivo de la cuprífera estatal distintos y, sin una licitación pública internacional», argumentó.
El legislador explicó que el primer llamado a licitación fue descartado «porque no hubo interés de ingresar a este negocio», sin embargo, luego se realizó una «adjudicación en forma directa a una empresa australiana que, según el presidente ejecutivo de Codelco, es una firma responsable con experiencia y que va a hacer lo posible porque el yacimiento resulte».
Por otro lado, el senador Prokurica precisó que Cochilco «nos ha entregado información respecto a que el precio de venta registrado es normal respecto a lo que se ha vendido en el mundo en este último tiempo, por la ley y por las condiciones de trabajo».
En ese sentido, el senador oficialista aseveró que «la preocupación radica en varias cosas de forma porque la historia de Codelco está llena de intereses de terceros que terminan perjudicando los del Estado».
