Dos años de trabajo llevaron a que los científicos de la Usach, dieran con el origen del virus ISA y, de esta forma, se cuente con todos los medios para desarrollar anticuerpos y vacunas que permitan controlar su expansión, y la mortalidad provocada en la especie de salmón del atlántico que se cultiva en Chile.
Un estudio publicado por el Centro de la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago sobre el origen del virus de anemia infecciosa del salmón ISA, en la Revista de Virología, despertó el interés de equipos científicos que trabajan en el tema y también de la industria salmonera mundial y nacional, que en años recientes ha debido enfrentar su aparición como una de las infecciones más devastadoras de la historia de la salmonicultura.
Dos años de trabajo llevaron a que los científicos de la Usach, dieran con el origen del virus ISA y, de esta forma, se cuente con todos los medios para desarrollar anticuerpos y vacunas que permitan controlar su expansión, y la mortalidad provocada en la especie de salmón del atlántico que se cultiva en Chile.
El equipo de investigación es encabezado por el doctor Eugenio Spencer y por la doctora Mónica Imarai, y aglutina el trabajo de diversos investigadores de la Facultad de Química y Biología de esta casa e estudios, como Ana María Sandino, Miguel Ríos, Rodrigo Vidal y Marcelo Cortez.
Este último explica que el desciframiento integral del genoma del «virus ISA chileno» (para identificar el virus que afectó y afecta a la producción nacional, con las consiguientes pérdidas económicas y de fuentes de empleo), tiene proyecciones de relevancia mundial.
Cortez detalló que «los que introdujeron las ovas noruegas decían que no podía ser que el virus llegará a través de esas importaciones, que se trataba de ovas certificadas. Descubrimos meridianamente que este virus llegó al país desde Noruega por ese medio justamente, ya que no estuvo antes presente en el medio ambiente nacional».
El científico de la Usach precisó que no se trata sólo del virus ISA, de origen noruego, sino que de uno muy virulento. «Al descubrir la trazabilidad molecular de este virus, nos damos cuenta que una de sus proteínas facilita la entrada del virus a las células, lo que hace que tenga una mayor eficiencia en su contagio. Es decir, se trata de un virus muy patogénico, con una mortalidad muy alta».
De la misma forma, se pudo constatar que el ingreso del virus a la cadena productiva nacional se produjo entre 1990 y 1996, ya que no presenta mutaciones que permitan que el virus se diferencie totalmente de sus «parientes» noruegos.
«Del virus ISA deben haber 140 publicaciones a nivel mundial; mucha se podrá decir, pero si la comparamos con las decenas de miles que existen de la influenza humana, podemos percatarnos de lo que significa haber obtenido el genoma del ISA, hacer este aporte», planteó el investigador de la Usach explicando que «tenemos los genomas aislados, listos para producir anticuerpos y vacunas; tenemos el material genético para hacer cualquier trabajo que signifique hacer frente al problema del virus ISA», resaltó.
