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Lagarde asume las riendas del FMI con una cargada agenda de trabajo

La primera mujer que dirigirá el Fondo asume el cargo en medio de una gran incertidumbre en Europa por la crisis griega, inestabilidad en Oriente Medio, señales inflacionarias en los países emergentes y un fuerte repunte en los precios de las materias primas.


Christine Lagarde asumió este martes las riendas del Fondo Monetario Internacional (FMI) con el compromiso de seguir «los más altos estándares de conducta ética» y una repleta agenda de trabajo en la que Europa ocupa un lugar destacado.

Vestida con un traje de chaqueta oscuro, Lagarde llegó alrededor de las 9.00 locales (13.00 GMT) a la sede del FMI, donde la esperaban numerosos fotógrafos y cámaras de televisión.

La ex ministra francesa de Finanzas fue recibida por el hasta ahora director gerente en funciones del Fondo, el estadounidense John Lipsky, y el decano del consejo ejecutivo del organismo, el egipcio Shakour Shaalan.

Lagarde, de 55 años, se reunió con los empleados del Fondo, a quienes ha prometido trabajar duro para superar el difícil momento por el que atraviesa el organismo tras la dimisión del ex director gerente Dominique Strauss-Kahn, acusado de intento de violación.

El diario The New York Post adelantó este martes que la Fiscalía de Nueva York retirará los cargos contra Strauss-Kahn, mientras que en París la periodista francesa Tristane Banon interpuso hoy una demanda contra él por un presunto intento de violación en 2003.

«Sé que los recientes acontecimientos no han sido particularmente agradables para ninguno de vosotros ni para la institución en su conjunto», afirmó Lagarde en un correo electrónico enviado a los empleados, al que tuvo acceso la cadena de televisión CNN.

«Trabajaré realmente duro para superar ese mal trago y asegurarnos de que concentramos nuestros esfuerzos en la dirección correcta, que consiste en generar un trabajo excelente con un buen esfuerzo colectivo», añadió.

Además de con los empleados, la ex titular de Finanzas gala se reunirá también hoy con los cuatro máximos ejecutivos del Fondo: Lipsky, los subdirectores gerentes Nemat Shafik, Naoyuki Shinohara y el alto asesor Min Zhu.

Su agenda incluye también un encuentro con los 24 miembros del consejo ejecutivo y con los directivos de la asociación de empleados del organismo.

La primera mujer que dirigirá el Fondo asume el cargo en medio de una gran incertidumbre en Europa por la crisis griega, inestabilidad en Oriente Medio, señales inflacionarias en los países emergentes y un fuerte repunte en los precios de las materias primas.

La agencia de calificación de riesgos estadounidense S&P apuntó el lunes que la propuesta franco-alemana para que el sector financiero privado participe en el segundo rescate a Grecia puede derivar en un impago por parte de Atenas.

S&P alertó que las consecuencias de un impago griego se dejarían sentir en todo el mundo y dijo dudar de la capacidad de Grecia para cumplir los requisitos impuestos por la «troika», integrada por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI.

«El Fondo tiene muchas cosas con las que lidiar, con una recuperación global desigual, el resurgir de desequilibrios, unos flujos de capital potencialmente desestabilizadores, alto desempleo, creciente inflación y situaciones difíciles en distintos países», dijo Lagarde durante su entrevista para el puesto el pasado 23 de junio.

Por esos y otros quebraderos de cabeza, recibirá una compensación anual de 551.700 dólares, que incluyen un salario de 467.940 dólares más un complemento de 83.760 dólares, según los términos de su contrato difundidos hoy por el FMI.

En el contrato se especifica que la sucesora de Strauss-Kahn deberá seguir «los más altos estándares de conducta ética», con «integridad, imparcialidad y discreción», y deberá evitar cualquier «apariencia de conducta inapropiada».

Ninguna de estas exigencias aparecían en el contrato que firmó Dominique Strauss-Kahn, a quien se le exigía como única condición «seguir los estándares de conducta aplicables al personal del FMI».

A Lagarde también se le hace esta recomendación, pero además se le insta a participar «de vez en cuando en los programas de entrenamiento ético» que son obligatorios para el personal.

Salvo estas adiciones, los términos del contrato que firmó la francesa son prácticamente idénticos a los del que suscribió su predecesor en septiembre del 2007, salvo en lo que respecta al salario que, según estipula, se irá ajustando conforme a la evolución de los precios en el área de Washington DC.

Strauss-Kahn firmó con un salario anual de 420.930 dólares, al que se sumaba un complemento de 75.350 dólares.

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