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Inminente rescate del gigante belga Dexia acerca crisis bancaria al epicentro de Europa

“Estamos viendo cómo se da un ejemplo claro de contagio”, dijo Jean-Pierre Lambert, analista de Keefe Bruyette Woods de Londres, refiriéndose a la “exposición material” de Dexia a la deuda de los países que están al borde de la UE. “Los inversores no saben bien cuáles serán las pérdidas de la deuda soberana, ni tampoco dónde debería estar el precio de las acciones. Los gobiernos de Francia y Bélgica ya se vieron obligados a rescatar al banco durante la crisis del 2008.


Transcurridos menos de tres meses desde que Dexia SA recibió su certificado de buena salud en las pruebas de solvencia de la Unión Europa, Francia y Bélgica contemplan la posibilidad de un segundo rescate, lo cual traslada la crisis de la periferia del continente hasta su centro vital.

“Estamos viendo cómo se da un ejemplo claro de contagio”, dijo Jean-Pierre Lambert, analista de Keefe Bruyette Woods de Londres, refiriéndose a la “exposición material” de Dexia a la deuda de los países que están al borde de la UE. “Los inversores no saben bien cuáles serán las pérdidas de la deuda soberana, ni tampoco dónde debería estar el precio de las acciones. Están preocupados por los riesgos y reducen su financiación”.

Las acciones de Dexia cayeron 22 por ciento ayer, el nivel más bajo entre los 46 miembros del índice Bloomberg de 500 bancos y servicios financieros, pese a que tanto el gobierno francés como el belga prometieron respaldar al banco. Ambos países, que rescataron a Dexia en 2008, adoptarán “todas las medidas necesarias” para proteger a los clientes y garantizarán todos los préstamos de Dexia, dijeron el ministro de Finazas francés, François Baroin, y el ministro de Finanzas belga, Didier Reynders, ayer en un comunicado.

Yves Leterme, el primer ministro de Bélgica, dijo ayer que se creará un “banco malo” para tener los activos en dificultades de Dexia. El consejo de dirección del prestamista municipal con sede en París y Bruselas se reunió el 3 de octubre para discutir la disolución del banco después de que la crisis de la deuda soberana redujo su capacidad para obtener financiamiento, dijeron tres personas al tanto de las conversaciones.

Las acciones estadounidenses se recuperaron al final de la jornada en Nueva York ayer, haciendo subir 4,1 por ciento el Índice Standard Poor’s en los últimos 50 minutos, en medio de especulaciones respecto de que funcionarios de la UE están analizando la necesidad de recapitalizar los bancos de la región.

Dexia surgió en 1996 de la fusión de Crédit Local de France y Crédit Communal de Belgique SA, los mayores prestamistas municipales en sus respectivos países. A diferencia de Crédit Local de France, que dependía exclusivamente de la financiación mayorista para sus préstamos, la firma belga también manejaba un banco minorista en Bélgica y un banco privado en Luxemburgo.

Esa dependencia de la financiación mayorista perjudicó a Dexia cuando los mercados de dinero se paralizaron después de la quiebra de Lehman Brothers, y el prestamista recurrió a financiamiento de emergencia de los bancos centrales. Era uno de los mayores usuarios de préstamos de emergencia de la Fed en la eurozona, estando endeudado por US$58.500 millones al 31 de diciembre de 2008, según datos compilados por Bloomberg.

“Dexia es un caso muy específico”, dijo François Chaulet, que colabora en la gestión de unos 250 millones de euros en Montsegur Finance de París, incluidas acciones en BNP Paribas y Société Générale. “No se lo puede comparar con BNP Paribas o Société Générale. Enfrenta exposiciones enormes después de vender productos tóxicos a regiones locales, y está muy apalancado”.

Chaulet dijo que no vendería sus tenencias en otros bancos europeos como respuesta.

Dexia pasó las pruebas de solvencia de la UE en julio conforme los reguladores dijeron que tenía capital suficiente para resistir una recesión y pérdidas sobre su deuda soberana. El coeficiente de capital básico de Nivel 1 del prestamista, un indicador de la fuerza financiera, fue de 10,4 por ciento en el escenario adverso de la prueba, superando el 5 por ciento mínimo que es requerido por la Autoridad Bancaria Europea.

“Las pruebas de solvencia europea carecieron de un elemento fundamental, que es una armonización completa del capital”, dijo Lambert de KBW. “En el caso de Dexia, como es un banco belga, pudo excluir las pérdidas no realizadas de sus bonos soberanos para calcular sus coeficientes de capital. Basilea III ayudará a armonizar el método contable”.

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