Publicidad

Crisis de la deuda en Italia no perdona ni a la iglesia católica

La institución religiosa está sufriendo la presión de políticos tanto del gobierno como de la oposición para empezar a pagar impuestos sobre todas sus propiedades comerciales después de que el primer ministro Mario Monti pidió a los italianos que asimilen recortes presupuestarios por 20.000 millones de euros (US$25.500 millones) y paguen un gravamen por sus casas.


En la crisis de la deuda europea probablemente nada sea intocable.

La iglesia católica en Italia está sufriendo la presión de políticos tanto del gobierno como de la oposición para empezar a pagar impuestos sobre todas sus propiedades comerciales después de que el primer ministro Mario Monti pidió a los italianos que asimilen recortes presupuestarios por 20.000 millones de euros (US$25.500 millones) y paguen un gravamen por sus casas.

“La iglesia siempre ha sido blanco de una fuerte polémica, pero la presión nunca fue tan grande”, dijo Francesco Perfetti, profesor de historia contemporánea en la Universidad Luiss de Roma. Según dijo, “la crisis de la deuda está obligando a los gobiernos a reconsiderar aun los privilegios que se consideraban sacrosantos”.

El papel de la religión en la economía está siendo analizado en tanto los países soportan algunos de los recortes presupuestarios más severos en una generación y donde el tema de la riqueza clerical ha sido durante largo tiempo tabú. Grecia grava los ingresos de la iglesia ortodoxa, pese a que se mantienen algunas exenciones.

Italia ganaría 100 millones de euros adicionales aumentando los gravámenes a la iglesia hasta incluir todos sus bienes comerciales, dijo Paolo Berdini, planificador urbano y consultor de administraciones locales. ARES 2000, una firma investigadora de Roma, estableció que la cifra llega hasta 2.200 millones de euros.

Un impuesto transmitiría “la señal correcta”, dijo en un correo electrónico Nicola Marinelli, que administra US$153 millones en Glendevon King Asset Management de Londres. “No está claro cuánto ingreso generaría para el Estado, pero en primer lugar, cada poquito ayuda, y en segundo lugar, sería más fácil para el resto de la sociedad aceptar los sacrificios que se le está pidiendo que haga”.

Enfoque radical

La iglesia católica es dueña de unas 100.000 propiedades en Italia, siendo un tercio de éstas comerciales, según el partido de los Radicales italianos, que históricamente ha cuestionado a la iglesia.

“Debemos cambiar la ley y establecer un principio sensato: todas las actividades comerciales, sin importar quien las maneje, deben pagar impuestos”, dijo en una entrevista Mario Staderini, secretario del partido. “De lo contrario, es competencia desleal con los que manejan una empresa sin un cartel religioso”.

El apoyo para el cambio también proviene del ministro de Medio Ambiente Corrado Clini, quien dijo el mes pasado en un discurso pronunciado en Génova que la iglesia debe pagar porque “no hay lugar para privilegios”.

“La iglesia quiere de veras respetar las obligaciones que tiene con el Estado y con los ciudadanos”, dijo Beniamino Depalma, obispo de Nola, cerca de Nápoles, en una entrevista.

El diario Corriere della Sera informó el 9 de enero que continúan las negociaciones entre Monti y el máximo obispo del país, Angelo Bagnasco, respecto de cómo eliminar la “zona gris” que rodea las exenciones impositivas. Ya a mediados del mes próximo podría anunciarse un acuerdo, dijo el diario.

Bagnasco dijo que estaría abierto a analizar el tema. Si hay puntos que necesitan aclaración o revisión, “no hay prejuicios de nuestra parte”, dijo a los periodistas en la ciudad de Génova.

“Las normas actuales son correctas en tanto reconocen el valor social de las actividades llevadas a cabo por muchas organizaciones sin fines de lucro, entre éstas las de la iglesia”, dijo Bagnasco.

“También es correcto que si ha habido casos concretos en los que debía pagarse un impuesto y no se pagó, el abuso sea verificado y se le ponga fin”, agregó.

Las propiedades situadas en la Ciudad del Vaticano están exentas de pagar impuestos italianos ya que son consideradas parte de un Estado soberano aparte, según el Pacto Lateranense original de 1929.

El Vaticano paga impuestos sobre edificios que desarrollan actividades comerciales que figuran en el catastro italiano, dijo el portavoz, padre Federico Lombardi, en una entrevista telefónica el 7 de enero. Dichas actividades incluyen tiendas.

Publicidad

Tendencias