De ratificarse la propuesta que se hizo al TDLC, los Matte y los Von Appen también serían afectados. Los 5 poderosos grupos ya están enfrascados en un culebrón por el negocio del puerto de Valparaíso.
Una nueva disputa amenaza con aparecer en la costa chilena. Esta vez en el norte del país. Al conflicto generado en Valparaíso por la licitación del terminal N°2, ahora se avecina un nuevo caso en Iquique, por el comienzo de la licitación de un segundo frente de atraque.
Al iniciar el proceso de la estatal Empresa Portuaria de Iquique (EPI) ingresó al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) una consulta sobre las condiciones en que deberá concesionar el puerto.
En esa línea, la estatal propuso al TDLC que sean marginados de la licitación los accionistas de Iquique Terminal Internacional (ITI), sociedad que opera el terminal N°2 y cuyo controlador es SAAM.
La sociedad es filial de la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV), empresa que es controlada por el grupo Luksic y donde también participa el grupo Claro.
No solamento eso. Un 15 % de ITI lo tiene el holding Empresas Navieras, propiedad del grupo Urenda, e igualmente estaría quedando fuera del proceso.
Con esto, los clásicos operadores portuarios resultarían excluidos, mientras el grupo Matte (que opera uno de dos frentes en San Antonio) y Von Appen aparecerían como los mejores aspectados para el proyecto que, según EPI, podría requerir hasta US$ 450 millones de inversión, dependiendo del modelo que se adopte.
La estatal fue clara al explicar por qué se debe marginar a estos grupos. “Un segundo aspecto que el directorio ha tenido en cuenta es el del efecto eventualmente inhibitorio para la participación de nuevos actores portuarios que podría provocar la participación en la licitación de los accionistas o controladores del concesionario del Terminal N°2, en el evento de que ello se permitiera… (el directorio) ha decidido proponer la restricción total a la integración horizontal, esto es, establecer que aquellos actores con participación en cualquier nivel en el concesionario ITI no tengan posibilidad de participar en ningún nivel, en la nueva concesión”, señala la presentación.
A juicio de EPI, las economías de escala y el ámbito que podrían darse para ITI, y el mejor conocimiento y experiencia con las normas y usos del país que tendría en diferentes materias de cara a la licitación, aunque legítimas, “no se traspasarían a los usuarios en caso de existir una situación derechamente monopólica o que, al menos, favorezca la cartelización”.
Sin embargo, Luksic, Claro y Urenda no serán los únicos perjudicados. Si el TDLC ratifica la propuesta de la estatal, el grupo Von Appen también se podría ver afectado, debido a que se prohibirá que alguno de los accionistas de la sociedad concesionaria que gane la licitación tenga más de un 15 % de la propiedad de alguna de las concesiones que ya hay en Antofagasta y Arica.
Aunque Urenda es el más vulnerable dado que tiene el 25 % de la concesionaria que opera en Arica (TPA) y el 35 % de la concesionaria del puerto de Antofagasta (ATI). Von Appen de igual modo deberá salir a desinvertir en el norte, porque tiene el 35 % del puerto de Arica.
Luksic, aparte de controlar el 85 % del terminal 2 de Iquique junto a Claro —con la sociedad SAAM— participa en Antofagasta con el 30 % a través de la sociedad Punta de Rieles. Adicionalmente, SAAM tiene el 15 % de Arica y el 35 % de ATI.
La proyección de EPI es que la capacidad del puerto de Iquique pasará de las actuales 3,7 millones de toneladas de carga transferidas por año al doble en 2035, principalmente a través de contenedores.
En la actualidad, Urenda y Von Appen están enfrentados en el Puerto de Valparaíso por la licitación del frente N °2. Von Appen opera el número uno y presentó una oferta fuera de la licitación, la que fue rechazada por la Empresa Portuaria de Valparaíso. En marzo se presentan las ofertas en la licitación.
