El medio da cuenta de las dificultades que aún se manifiestan en la entidad estadística del país, sobre todo en ítems como ropa y calzado -incluso luego del ajuste realizado-, lo que hace resurgir dudas sobre la metodología del INE.
Dos años después de que el instituto de estadística de Chile cambió la manera de calcular la inflación luego de recibir críticas de los analistas, los números aún no cierran.
Calcular con precisión la inflación en Chile es crucial, ya que muchas compañías fijan los salarios sobre la base del aumento de los precios, mientras que las hipotecas y las tasas de interés de las cajas de ahorro se establecen en una unidad contable ajustada por inflación (Unidad de Fomento) . El Banco Central también administra la política monetaria conforme a una meta de inflación.
Las preguntas sobre los datos de inflación de Chile provienen de los costos de la ropa y el calzado. Ese rubro representa alrededor del 4,5 por ciento de la canasta de precios al consumidor y cayó 35,3 por ciento en los tres años y medio que terminaron en julio de 2013. Después se aplicó una metodología para eliminar el sesgo a la baja de las cifras.
Pero el arreglo no parece haber funcionado, ya que los precios descendieron otro 8,2 por ciento desde entonces.
La baja es la más grande de los doce segmentos de inflación que calcula el organismo de estadística y también la más importante de cualquier rubro de calzado y ropa de un estudio de 35 países llevado a cabo por el BBVA SA.
El índice de precios al consumidor de Chile superó la meta del Banco Central de 2 por ciento a 4 por ciento en los quince meses pasados, salvo uno. El sesgo a la baja en los costos de la ropa y el calzado sugiere que la inflación podría ser aún más alta si el gobierno tuviera mediciones más precisas de estos productos.
En el mismo período, el ente emisor rebajó su tasa clave cuatro veces hasta el 3 por ciento porque el crecimiento económico se ha desacelerado.
‘Tontería’
Las cifras sobre la ropa son una “tontería”, dijo Rafael de la Fuente, economista jefe latinoamericano de UBS. “Se ve una inflación más alta en todo. Es difícil pensar que el Banco Central pueda evaluar una rebaja de tasas” en estas circunstancias.
Otro hecho claro que da sustento a las dudas de los analistas sobre la serie de la indumentaria es que el peso chileno bajó 14 por ciento frente al dólar en el último año. Eso hace que la ropa importada sea más cara.
Calcular el costo de la ropa es “especialmente complejo” y la metodología está en constante revisión, dijo el instituto de estadística al responder preguntas por correo electrónico. El organismo implementará otro conjunto de cambios en julio para eliminar las distorsiones de las ventas estacionales, señaló.
“No hay ninguna razón fundamental por la que la inflación de la ropa esté cayendo tan sistemáticamente como lo hace desde 2010”, dijo telefónicamente desde Londres el economista de mercados emergentes de Capital Economics Edward Glossop. “Ello sugiere que todavía hay problemas metodológicos”.
