Seguir haciendo lo mismo no daba para más, pero dice esta sorprendido por «las torpezas» que ha cometido este Gobierno. En una entrevista en el marco de un seminario del BCI, el analista político y economista dice que ve un clima demasiado alarmista entre algunos empresarios y rechaza la visión de que se está jugando el futuro del país. Advierte que hay que cuidar la política y que el mundo está ad portas de grandes innovaciones en la forma en que nos gobernamos.
Moisés Naím es actualmente uno de los economistas y analistas políticos más influyentes del mundo y ayer estuvo en Chile como el invitado estrella de la VI Conferencia Anual Bci Corporate & Investment Banking: «Crisis de Confianza y Bajo Crecimiento, ¿cómo salir de la trampa?».
Y no defraudó. Uno puede estar o no de acuerdo en su análisis, pero es imposible ignorarlo.
Su presentación fue sin PowerPoint y solo con apuntes que parecían escritos a manos.
Pero no necesitaba más. Por casi una hora hizo un recorrido brillante de lo que está pasando en el mundo, la región y también Chile. Aportando datos, anécdotas y conectando los puntos para hacer, a un mundo que parece estar cada vez más complejo, más fácil de entender.
Su análisis dejó en evidencia la pobreza y provincialismo del debate local, pero su mensaje para la audiencia de casi mil empresarios e inversionistas que llegaron al Hotel W fue que se viene algo mejor y que, mirado en el contexto adecuado, lo que está pasando en Chile no es una catástrofe y que aún tenemos mucho de que estar orgullosos.
El ex Director Ejecutivo del Banco Mundial habló del renacimiento manufacturero de Estados Unidos y describió el desarrollo de la tecnología que gatilló el boom de “shale gas” como la innovación más grande del siglo XXI. “Entre 2008 y 2014 la producción de petróleo de Estados Unidos se disparó en 80% y ese delta es mayor que la producción anual de todos los países de la OPEC excepto Arabia Saudita”, explicando que eso tiene consecuenciaS geopolíticas, económicas y sociales dramáticas.
También dijo que “se acabo la fiesta para América Latina” y que llegó la hora de apretarse los cinturones.
“Se terminó superciclo de commodities y se acabo el crédito fácil y la plata barata”, explicó. Y a eso hay que agregar que está llegando a fin una era de un “populismo super cargado”.
Destaca que en los últimos 25 años ha habido efectivamente grandes avances sociales y políticos en la región. La clase media paso a ser el 17% de la región en 1990 a 32% en 2014.
Y esta nueva clase media cree que no hay marcha atrás y no confía. “Antes su principal preocupación era perder el trabajo, ahora es la seguridad y transporte”, explicó Naím, citando estadísticas.
Dice que la región ya no tolera la desigualdad. “Ya no es tratada com una verdad natural. Y lo mismo con la corrupción. Era aceptada como una verdad natural, ya no”.
Todos estos cambios, apunta el economista, han creado una ciudadanía empoderada y aspiracional, y dado que se vienen tiempos más duros, está el potencial de que se convierta en “un cocktail explosivo”.
Pero Naím es optimista y cree en la política y la democracia como la mejor respuesta. “Más y mejor democracia”, sostiene.
Añade que estamos ad portas de una era de grandes cambios e innovaciones de la forma en que nos gobernamos. “Ha habido innovación en todo excepto en cómo nos gobernamos”, dice.
En una entrevista luego de su presentación, Naím, ahondó en el tema y expresó que la creatividad está en las ciudades, en los alcaldes, “ahí están experimentando e incorporando a la ciudadanía en la toma de decisiones, introduciendo nuevas tecnologías”.
Pero advierte que no hay varita mágica. Cree que hay que encontrar un balance entre “la complacencia y el catastrofismo”. Afirma que “más y mejor democracia es la única forma de canalizar el malestar”.
En su presentación, y luego en la entrevista, Naím se refirió a la situación en Chile.
Haciendo hincapié en que son los chilenos los que más entienden lo que está pasando, igual reveló en sus comentarios que tiene opiniones marcadas acerca de lo que ha pasado desde la vuelta de Michelle Bachelet a La Moneda.
Admitió que es un admirador del proceso chileno y dijo seguirlo de cerca, por eso es que no desentonó en lo que dijo.
Sobre las reformas, Naím admitió estar de acuerdo con lo que la Presidenta quería hacer.
“Generar los recursos con una Reforma Tributaria para financiar cambios a un sistema educacional que generaba injusticia y que era carísimo me parecía bien”, dijo en la entrevista.
“Chile tenía deudas pendientes y era imposible hacer reformas de este calibre sin generar crispaciones”, agregando que “en qué país del mundo cuando se le meten las manos a los bolsillos a los empresarios no hay crispación. Es normal que suceda»,
Pero manifestó que seguir haciendo lo mismo “no daba para más”, aunque admitió esta sorprendido por “las torpezas que ha cometido este Gobierno”.
“Como un país con tradición de hacer las cosas bien, hace las cosas tan mal”, dijo sorprendido más tarde en la entrevista.
Eso sí, ante los más de 800 invitados al seminario, el analista político y economista dijo que ve un clima demasiado alarmista entre algunos empresarios y rechazó la visión de que se está jugando el futuro del país. Les señaló que hay que tener cuidado con el tono de las críticas, porque le pueden terminar haciendo daño a la democracia.
Advierte que hay que cuidar la política, ya que es la única forma de salir de las crisis. Y dijo que Chile tiene los talentos, las instituciones y una democracia sana, para hacerlo bien.
Naím asegura seguir siendo un admirador de Chile y le sorprende que se aplaudan poco los logros que tenemos. “En Chile hay castatrofismo”, es como lo describió. “Chile es uno de los países más exitosos del mundo, pero sí hay que encargarse de las deudas pendientes”, remarcó.
