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El complejo momento de Automotores Gildemeister: al riesgo de default ahora se le suma investigación por boletas en caso Penta

El complejo momento de Automotores Gildemeister: al riesgo de default ahora se le suma investigación por boletas en caso Penta

Este fin de semana se supo que la Fiscalía investiga boletas emitidas por ex asesor de Moreira a la empresa. En el primer trimestre el apalancamiento subió a un récord y las ventas cayeron. En abril los tenedores de bonos rechazaron la propuesta de reestructuración de la empresa y ahora se transan a menos de la mitad de su valor nominal.


Como si la empresa no tuviera ya problemas serios, ahora se ve incluida en la investigación de corrupción política más grande del retorno a la democracia: el caso Penta-SQM.

Se trata de Automotores Gildemeister, empresa controlada por Ricardo Lessman y que desde hace casi dos años sufre de una crisis financiera que la tiene al borde entrar en default.

En el primer trimestre el apalancamiento subió a un récord y las ventas cayeron. Sus pérdidas netas casi se triplicaron a US$ 45 millones y las ventas cayeron 16,7%. El Ebitda también cayó y cerró en US$ 12,2 millones, aunque los márgenes mejoraron levemente.

En abril los tenedores de bonos rechazaron la propuesta de reestructuración de la empresa y estos se transan a menos de la mitad de su valor nominal.

En el mercado no descartan un default a fin de año o principios de 2016.

A esa crisis ahora se podrían sumar problemas legales.

De acuerdo a La Tercera, el Ministerio Público se encuentra investigando a la empresa Automotores Gildemeister, luego que apareciera vinculada al financiamiento irregular a la política a raíz de una boleta emitida por el ex asesor del senador UDI, Iván Moreira, Eduardo Montalva, quien está formalizado en el denominado Caso Penta.

El monto sería por 11 millones de pesos.

De acuerdo al reportaje, el Fiscal Nacional Sabas Chahuán instruyó el pasado 12 de agosto a la Brigada de Delitos Económicos (Bridec) de la PDI, para que se presentará en las oficinas de la empresa y requerir de manera voluntaria su contabilidad, correspondiente a la totalidad del año comercial 2013.

La Fiscalía solicita los libros de compra y venta, de retención de honorarios tanto en formato físico como electrónico, los cuales corresponden a la totalidad del año comercial 2013.

La diligencia tiene relación con boletas emitidas por Montalva a la automotora, compañía que entregó la documentación contable solo de julio de 2013, fecha en la que el ex asesor de Moreira emitió la boleta.

El Ministerio Público espera que se entregue la totalidad de la contabilidad solicitad para completar así la diligencia. Por tal motivo, los persecutores citaron al representante legal de la empresa, Cristián Leighton, para que compareciera.

Montalva también declaró en calidad de imputado en dependencias de la Fiscalía Nacional, ocasión en que el ex asesor del legislador gremialista optó por hacer uso de su derecho a mantener silencio, negándose también a autorizar el alzamiento de sus cuentas bancarias, como asimismo el acceso a sus correos electrónicos.

Además, la Fiscalía también indaga boletas giradas por Montalva a Inversiones Siemel S.A. por $7,9 millones, a Penta por $3,4 millones y a la Cámara de Diputados por $8,7 millones, comprobantes que fueron emitidos en 2013, año en que Moreira se encontraba en campaña.

Sobre las indagatorias hacia el senador UDI, los persecutores también pesquisan las boletas que cercanos al legislador emitieron a Desarrollos y Servicios Melipilla, empresa vinculada a la familia Ariztía y cuya contabilidad también se solicitó.

De esta forma y según los registros, el chofer de Moreira, Rodrigo Molina, y su asesora, Andrea Schultz, extendieron comprobantes a esta empresa por $5,5 millones y $5,6 millones en 2013.

Riesgo de default

Los problemas financieros de la empresa comenzaron hace más de dos años, cuando en pleno auge Lessman y sus socios emitieron bonos por un total US$ 700 millones y, al mismo tiempo, retiraron más de la mitad de las utilidades en dividendos.

Los inversores se muestran escépticos respecto de que la compañía, cuyas concesionarias Hyundai Motor se han visto afectadas por la caída del peso chileno y la declinación económica del país, pueda pagar deuda a largo plazo, a menos que se deshaga de más activos o renegocie su deuda. En abril, Fitch Ratings redujo la calificación crediticia de Gildemeister a C, un nivel que significa que el impago es inminente o inevitable.

En julio, sus US$400 millones de pagarés con vencimiento en 2021 se vendían a menos de 46 centavos por dólar.

El gerente de finanzas, Eduardo Moyano, ha dicho que la concesionaria de autos era “segura” y que se encaminaba a una recuperación. De acuerdo a un reportaje publicado en junio por Bloomberg, la empresa ha dicho que tiene suficientes recursos para hacer todos los pagos de deuda durante los próximos 12 meses.

“No le veo mucho futuro”, dijo a Bloomberg Diego Torres, un administrador de dinero de Munita, Cruzat & Claro. “Lo único que pueden hacer es mejorar las condiciones” del canje de bonos.

Si bien la compañía afirmó que puede pagar con comodidad los intereses de su deuda y seguir operando de forma adecuada, se trata de una empresa que tiene un problema de credibilidad”, dijo Anguiano por correo electrónico desde Greenwich, Connecticut. “En términos generales, las perspectivas de Gildemeister no son muy buenas. Su reciente intento de canjear bonos fracasó, lo que demuestra el poco acceso que tiene a los mercados de capital”.

Gildemeister retiró su oferta de canje de deuda el 17 de abril, luego de que los tenedores de bonos rechazaran un acuerdo que les habría infligido pérdidas de hasta el 50 por ciento.

“Habría significado que los tenedores de bonos aceptaran mucho riesgo”, dijo a Bloomberg Felipe Lubiano, un analista de Credicorp Capital.

En el primer trimestre su deuda neta creció a 20 veces las ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización. Su efectivo disponible, que ascendía a US$90,4 millones a fines de 2014, declinó 40 por ciento.

“Es una situación de liquidez poco cómoda”, dijo Soummo Mukherjee, un analista de Itaú. “La calificación es reflejo de una compañía con una probabilidad de impago muy alta. Es un verdadero reflejo de las operaciones de Gildemeister en este momento”.

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