Fuentes cercanas a la matriz Enel estiman que Luca D’Agnese, el CEO italiano que tomó control en enero no tiene las redes y el manejo para afrontar la cada vez más polémica operación y Fernández, country manager de Enersis, puede ser una carta que lo apoye una vez que empiecen las negociaciones cara a cara con las AFP y los otros accionistas. Se da por descontado que si la reorganización concluye con éxito, Fernández quedaría como gerente general del holding chileno y el ejecutivo italiano de Latinoamérica.
Luca D’Agnese, gerente general del holding Enersis, no ha tenido el mejor de los desembarcos en Chile.
El ejecutivo italiano asumió en forma inesperada a fines de enero, luego de la sorpresiva renuncia de Luigi Ferrari a tan solo dos meses de haber asumido.
Y con el cargo ha tenido hasta ahora que liderar los esfuerzos de la empresa de convencer al mercado de que los planes de la matriz Enel de reorganizar el negocio, separando los activos chilenos en un holding y los del resto de la región en otro, es beneficioso para todos.
Esos esfuerzos no han rendido muchos frutos. Las AFP y Moneda han montado una agresiva campaña para frenarla, hay demandas en tribunales para forzar que la SVS la declare como una operación entre relacionados y D’Agnese ho ha podido romper con el escepticismo que hay acerca de las verdaderas intenciones de los italianos con la operación.
Ese escepticismo viene del polémico aumento de capital que Enersis trató de imponer a los minoritarios chilenos en 2012 y cuyas secuelas aún se sienten.
Las promesas que se hicieron cuando se llegó el acuerdo nunca se han cumplido y a eso se suma que, en varias apariciones en los medios, el ejecutivo italiano he hecho declaraciones que, más que aclarar las dudas, siembran nuevos cuestionamientos.
Otro flanco de controversia que se encendió hace unas semanas fue la decisión de Enel de proponer para Enersis y filiales un inédito “management fee”.
Los italianos están empujando uno cobro de entre US$5 millones y US$7 millones a Endesa. Si bien el directorio aún no lo ha aprobado, el asunto ha generado crispación y nuevos cuestionamientos.
Y es por eso que en Roma han llegado a la conclusión que D’Agnese necesita ayuda y esa ayuda vendrá de Daniel Fernández, country manager de Enersis, quien hasta ahora ha mantenido un rol reservado en la operación, pero que los italianos quieren que ahora tome mayor protagonismo.
Fernández, quien se sumó a Enersis a fines del año pasado, es el ex vicepresidente ejecutivo de otro polémico proyecto: HidroAysén.
Fuentes cercanas a la matriz Enel estiman que D’Agnese no tiene las redes y el manejo para afrontar la cada vez más polémica operación y Fernández puede ser una carta que lo apoye una vez que empiecen las negociaciones cara a cara con las AFP y los otros accionistas. Esas conversaciones y el road show con inversionistas comenzaría después del 31 de octubre, que es el plazo para que los diferentes asesores y peritos entreguen sus informes de valorización de los diferentes negocios de Enersis y Endesa y los términos de intercambio.
“La comunicación de una compañía cotizada tiene que ser hecha de una manera transparente a todos los accionistas. En esta etapa no estamos teniendo reuniones específicas con algún accionista, vamos a tener después de la convocatoria de la junta reuniones con distintos accionistas, inversores y analistas, vamos a hacer un road show, una ilustración de la operación, pero siempre en el marco de que toda la información vamos a llevarla de manera pública”, dijo recientemente D’Agnese en una entrevista con Diario Financiero.
El argumento más claro que Enel y Enersis han dado hasta ahora es que ellos estiman que el negocio en Chile y el resto de la región son muy diferentes y, por lo tanto, estrategias para crecer son diferentes.
Desde Enersis explican que Chile es un país con un marco regulatorio muy estable y maduro donde el negocio será más predecible y, en consecuencia, así serán los dividendos. En los otros mercados de la región, hay mayor potencial de crecimiento, pero con mayores riesgos.
Se da por descontado que si la reorganización concluye con éxito, Fernández quedaría como gerente general del holding chileno y el ejecutivo italiano de Latinoamérica.
Sus redes políticas
En HydroAysén Fernández era el encargado de desactivar los distintos obstáculos que iban saliendo al camino, pero la imagen de una Patagonia inundada por cables de alta tensión fue más fuerte que las razones técnicas.
Destreza que sí tuvo para liderar a Televisión Nacional entre 2004 y 2010, cuando se desempeñó como director ejecutivo, demostrando allí que podía navegar en aguas de fuerte contenido político. Lo técnico estaba a esa altura fuera de discusión, porque había pasado por la gerencia general de Enap y por la presidencia de Metro.
La imagen de Fernández asociada a HidroAysén se aleja de la política declarada de Enel en su momento, de mantener una política más afín a las sensibilidades medioambientalistas. Sin embargo, Fernández tiene defensores en la vereda de enfrente. El senador Guido Girardi –quien tiene una gran influencia sobre los grupos ecologistas– se declara buen amigo de él.
La amistad de Girardi pasó la prueba de la blancura cuando en 2011 un grupo de militantes PPD quiso expulsar a Fernández del partido por estar envuelto en el proyecto HidroAysén. En esa oportunidad y siendo presidente del Senado, Girardi desarticuló al movimiento, diciendo: “No estoy de acuerdo con que a las personas se les persiga por sus ideas, por los trabajos que desempeñan, no creo que ese sea el camino. No creo que sea el camino correcto cuestionar su militancia”.
Ahora Enel quiere que Fernández use sus redes y capital político para llevar a puerto una reorganización que es vital para los italianos y que hasta el momento se ve complicada.
