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La trastienda detrás de la decisión de Merrill Lynch de cerrar negocio de corretaje de acciones locales Decisión confirma difícil momento para la Bolsa

La trastienda detrás de la decisión de Merrill Lynch de cerrar negocio de corretaje de acciones locales

Enrique Elgueta
Por : Enrique Elgueta Periodista y consultor senior en Comsulting.
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La corredora no adoptará las mismas medidas que el año pasado provocaron la salida de Deutsche Bank del mercado local, sino que tras un proceso de racionalización de sus distintos negocios en el mundo, concluyó que mantener una oficina de “equity trading” de acciones locales en Chile no tiene sentido.


Una consecuencia natural del escaso volumen accionario es lo que desde esta semana ocurre en la corredora de Bolsa Merrill Lynch. La filial de Bank of America en Chile no quedó ajena a la reestructuración del negocio de “equity trading” que está llevando a cabo la compañía a nivel global, levantando en el mundo financiero criollo varias sospechas que apuntaban a un eventual cierre de operaciones.

Sin embargo, no habrá nada de eso. La corredora no adoptará las mismas medidas que el año pasado provocaron la salida de Deutsche Bank del mercado local, sino que tras un proceso de racionalización de sus distintos negocios en el mundo, concluyó que mantener una oficina de “equity trading” de acciones locales en Chile no tiene sentido.

Así la corredora –que el año pasado anotó pérdidas por $546 millones– cerró el área de trading de papeles chilenos apostando por tercerizar este servicio con otras intermediarias locales, tal como se hace actualmente en Perú y Colombia. Y si bien el negocio de equity tiene como foco principal a inversionistas extranjeros, aquellos clientes locales que quieran invertir en mercados foráneos podrán hacerlo a través de la corredora en EE.UU.

Lo que es seguro es que la intermediaria no cierra –un desenlace por el que habrían apostado varios, considerando el escaso volumen accionario que se viene transando en el mercado chileno–, sino que se mantendrá operativa con el propósito de negociar títulos de renta fija y monedas, que es el negocio principal del banco.

Aún hay mucho negocio por hacer en Chile. Al menos esa es la sensación entre los ejecutivos de la compañía, pues hace un año las oficinas de Santiago funcionan como sede para Latinoamérica, con excepción de Brasil y México. El grupo de personas a cargo de Manuel Irarrázaval, presidente de Bank of America Merrill Lynch para la Región (ex Brasil y México), son cerca de 100, de las cuales la mitad está en Chile.

En la actualidad están asesorando a Cencosud en la apertura a bolsa del negocio de real estate, han participado en la colocación de bonos soberanos chilenos y de Codelco, mientras que en materia de M&A recientemente cerraron la operación entre Habitat y Prudential. Y aún hay mandatos vivos.

Por eso es que los últimos cambios no tendrían un impacto mayor para las fichas que los norteamericanos pusieron en este país. Por lo demás, se trata de procesos comunes en este tipo de negocio. Así como ha habido reestructuraciones en Chile, en Brasil y México también ha habido ajustes de trabajadores, mientras que el año pasado Argentina pasó por un proceso similar y antes lo había hecho Colombia.

El mal panorama bursátil

Si en 2009 y 2010 el mercado celebraba las robustas ganancias del IPSA, habiendo superado la crisis de 2008 con montos que superaban los US$60 mil millones anuales, hoy el panorama es bastante distinto.

La decisión de Merrill Lynch se da en un momento complicado para el mundo accionario. Además de la profunda caída en volúmenes, no ha habido aperturas a Bolsa y difícilmente la habrá en el corto plazo tras el caso de Lipigas, compañía que en diciembre pasado canceló su IPO por el escaso interés que había en el mercado. Y si a esto se suman las desinversiones que han estado realizando las AFP en acciones chilenas durante los últimos años, el panorama resulta más o menos desolador para el negocio de equity.

El año pasado la Bolsa transó cerca de US$20 mil millones, la cifra más baja de los últimos 10 años, mientras que las utilidades de las corredoras se contrajeron en más de un 10%.

En medio de los factores mencionados, se suman otros como las acciones cascada que en 2009 llegaron a representar el 26% de todo lo negociado ese año. Hoy, sin embargo, corresponden a títulos totalmente ilíquidos en la rueda. Esto al mismo tiempo del cese de las llamadas operaciones tributarias que para cada cambio de año hacían las corredoras, transacciones que buscaban evadir patentes municipales y que para algunas firmas constituían gran parte del volumen acumulado en la temporada.

Por su parte, en octubre de 2014, las AFP marcaron un hito al destinar en su torta de inversiones solo el 8,5% en acciones chilenas. Nunca antes estos papeles habían tenido tan poco peso y hoy, sin embargo, oscilan en rangos menores que se acercan al 7%.

Es por eso que, en este contexto, la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) busca dinamizar el mercado flexibilizando cualquier tipo de burocracia en los procesos de inscripción de nuevos instrumentos transables o de actores fiscalizados; mientras la Bolsa de Santiago, a través de su esperada desmutualización, espera ver nuevos actores al eliminar el requisito que hasta ahora los obliga a ser accionistas de la institución para operar, iniciativa que se suma a otros emprendimientos, como el desarrollo de nuevos productos –futuros de tasa, IPSA, dólar–, además del mercado de opciones que debería partir este segundo semestre.

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