Opinión
«Las Isapres se hacen cargo de una proporción minoritaria de la sociedad –tan solo el 17% de la población– y sus afiliados, más sanos, más jóvenes y con mayores recursos, necesitarán menos atenciones en el futuro. Tanto las mujeres como las personas de tercera edad son discriminadas al tener que pagar planes más caros. Es así como creemos que junto con regalarles chocolates o flores a las mujeres el 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer), debemos dar inicio a un sistema de salud solidario que se haga cargo de los costos que implican la reproducción de nuestra sociedad, así como de la salud de aquellas personas que han trabajado (y cotizado) toda su vida».
Mucho se ha hablado en las últimas semanas respecto a las bajas utilidades que están sufriendo las Isapres. De acuerdo a personeros del sector, es un mercado que está agonizando y que cada vez se encuentra más cercano a su fin, debido a los altos costos que deben enfrentar a causa de un número creciente de juicios por las alzas de los precios. Algunos, en cambio, no solo no estamos tan seguros de este diagnóstico, sino que nos preguntamos si este es el tema esencial de discutir para mejorar el sistema de salud.
Partamos por lo primero, los resultados de los últimos años de las Isapres, en efecto, muestran otra realidad. Primero, las utilidades acumuladas de los últimos cinco años superan los 361 mil millones de pesos, nada mal para un mercado que, según varios expertos, viene en decadencia. Segundo, es cierto que las utilidades este 2015 han caído, pero para varias Isapres no están lejos de sus promedios y, por lo tanto, no es claro que todo el problema sean los juicios y que las afecten a todas por igual. Por último, las utilidades del mercado son muy parecidas a las obtenidas el 2013, cuando dichos juicios eran casi inexistentes. No se ve un panorama tan negro; más bien se ve un sector que obtiene grandes utilidades y que goza de buena salud.
Recordemos que las Isapres se hacen cargo de una proporción minoritaria de la sociedad –tan solo el 17% de la población– y que sus afiliados, más sanos, más jóvenes y con mayores recursos, necesitarán menos atenciones en el futuro. Tanto las mujeres como las personas de tercera edad son discriminadas al tener que pagar planes más caros. Es así como creemos que junto con regalarles chocolates o flores a las mujeres el 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer), debemos dar inicio a un sistema de salud solidario que se haga cargo de los costos que implican la reproducción de nuestra sociedad, así como de la salud de aquellas personas que han trabajado (y cotizado) toda su vida.
Por otro lado, hacerse cargo de la salud de todos, independientemente de su género, edad y nivel socioeconómico, implica realizar diversos cambios al sistema que atañen tanto al sistema de aseguramiento público como al privado. Hace dos años Espacio Público realizó una propuesta de reformas para el sistema de salud chileno, entre las cuales se encuentra la creación de un plan único de salud que cubra un conjunto amplio de prestaciones a todos por igual. Ello no solo reduciría la complejidad que caracteriza el sistema privado hoy en día, en que se comercializan cerca de 15.000 planes de salud, sino que también aseguraría la no discriminación de género y edad. Asimismo, propusimos la creación de un fondo de compensación de riesgos que recolecte los fondos del sector salud y compense entre las distintas Isapres y Fonasa los riesgos que cada una tenga de acuerdo a sus carteras. Así nos acercaríamos a un sistema de salud más solidario en el cual nos preocupamos y contribuimos al real bienestar de todos.
Hoy en día la atención está puesta en la salud de las Isapres. Se hace urgente volver a centrarla en la salud de todas las personas y en el derecho de recibir la misma calidad de atención, a tiempo, sin importar su capacidad de pago, género y edad.
Fabián Duarte
María Luisa Marinho
Espacio Público
