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En solo 1 mes, los fondos se tornaron cautelosos frente al cobre

En solo 1 mes, los fondos se tornaron cautelosos frente al cobre

El cobre ha repuntado desde un mínimo de seis años alcanzado en enero, en tanto un dólar más débil hizo que las materias primas cotizadas en la moneda fueran más atractivas a importadores e inversores. La correlación negativa entre el cobre y el dólar es la mayor desde 2013. Pese a esto, una serie de eventos han llevado al mercado a moverse con precaución.


Transcurrido menos de un mes desde que los inversores comenzaron a apostar por primera vez a un aumento del cobre, estos ya se están retirando.

Los gestores de fondos redujeron sus apuestas a aumentos de precios por segunda semana, retrocediendo justo antes de que los futuros alcanzaran la peor caída en un mes. Los ataques del martes en Bruselas debilitaron la confianza en las perspectivas de crecimiento global, mientras que una recuperación del dólar pesó en la demanda de materias primas como activos alternativos.

El cobre cayó cerca de 19 por ciento en los últimos 12 meses. En tanto Glencore Plc y Freeport-McMoRan han reducido la producción, a los operadores les preocupa que las reducciones en el sector no sean lo suficientemente significativas. Se pronostica que más de 4,5 millones de toneladas de capacidad minera adicional entrarán en funciones para 2020, y la mayoría de los productores no han modificado sus planes para expandirse, incluso con precios más bajos, de acuerdo a un análisis de Bloomberg Intelligence.

“Hemos tenido un poco de aumento en el cobre, y eso está vinculado a los cambios en las expectativas y se relaciona con el dólar”, dijo Kevin Caron, estratega de mercado y administrador de cartera de Florham Park, Nueva Jersey, que contribuye a la gestión de US$180.000 millones en Stifel Nicolaus & Co. “Todavía no hemos visto un cambio en términos de demanda global. No hemos visto ningún cambio fundamental en las características de la oferta y demanda del cobre”.

Posición neta

Los administradores de fondos redujeron sus tenencias largas netas en cobre un 4,4 por ciento, a 23.011 futuros y opciones estadounidenses, en la semana que finalizó el 22 de marzo, de acuerdo a datos dados a conocer por la Comisión de Comercio de Futuros de Mercancías (CFTC, por sus siglas en inglés) tres días después. A finales de febrero de 2016, los inversores tenían una posición corta neta –apostaban a declinaciones de precios–. Los futuros cayeron 2,3 por ciento, a US$2,229 la libra, la semana pasada en el Comex de Nueva York, el mayor retroceso desde el 12 de febrero. El metal estaba en US$2,2475 el lunes.

Hay pocos indicios de que el excedente, que Goldman Sachs Group Inc. estima que durará hasta 2019, esté menguando. Codelco, la mayor productora mundial de cobre, impulsó la producción un 3,6 por ciento el año pasado en tanto la reducción de costos mantuvo a las minas operando, dijo la compañía la semana pasada.

Mientras la oferta sigue fluyendo, el consumo se reduce. En Estados Unidos, donde los usuarios en áreas desde la plomería hasta las comunicaciones están utilizando sustitutos más baratos y mejores, la demanda ha caído más de un cuarto en los 10 años hasta 2014, estima la Asociación de Desarrollo del Cobre. En China, el crecimiento de la demanda se está desacelerando a 2,2 por ciento este año, en comparación con 2,8 por ciento en 2015, dijo el 18 de marzo He Xiaohui, analista en Beijing Antaike Information Development Co. Goldman es todavía más pesimista, y predice que no habrá crecimiento en el uso del país este año.

Perspectiva de SocGen

Société Générale SA recomendó este mes reducir las tenencias de cobre en medio de una desaceleración mayor a la esperada en China y “riesgos a la baja en la demanda y sobreoferta”. Morgan Stanley redujo el 15 de marzo su pronóstico de precios para 2016 un 3 por ciento, diciendo que el ambiente macro global incierto sigue siendo un riesgo a la baja clave para el metal luego de una modesta recuperación.

El cobre ha repuntado desde un mínimo de seis años en enero, en tanto un dólar más débil hizo que las materias primas cotizadas en la moneda fueran más atractivas a importadores e inversores. La correlación negativa entre el cobre y el dólar es la mayor desde 2013.

“Es difícil cortar la oferta, particularmente cuando hay compañías que tienen la obligaciones, como deudas que saldar”, dijo Jack Ablin, director de inversiones en Chicago de BMO Private Bank, que administra unos US$66.000 millones. “Se vuelve realmente problemático, incluso si los costos de producción son mayores que la materia prima en sí”.

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