Gran parte de esa inversión deberá realizarse en fuentes energéticas. Chile invierte alrededor de 2%, mientras que debería llegar a 3,5% para no caer en un déficit de infraestructura.
El enfriamiento mundial de la economía ha provocado una brecha en la inversión en infraestructura en el mundo.
De acuerdo a los datos de la consultora McKinsey, el mundo está gastando alrededor de US$2,5 billones ($2.5 trillions en inglés), cuando debería gastar US$3,3 billones con tal de alcanzar las metas de crecimiento mundial y no agrandar el déficit de infraestructura que ya se está ampliando.
En ese sentido, estiman que el mundo debería aumentar su gasto a un 3,8% del PIB hasta el 2030, para así alcanzar las metas de crecimiento mundial y satisfacer las necesidades de la población.
El análisis destaca que 1,1 punto porcentual del PIB deberá gastarse en fuentes energéticas, siendo el principal punto a trabajar.
Cabe destacar que Chile destina alrededor del 2% del PIB en infrestructura (2,3% en 2014), mientras que desde la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) apuntan a que se debería aumentar a 3,5% del PIB durante la próxima década, para no llegar a un déficit.
Fuente: McKinsey
