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Banco Central de Rusia mira el modelo chileno para controlar la inflación

Banco Central de Rusia mira el modelo chileno para controlar la inflación

El año pasado, en medio de su crisis de divisas, el ente rector ruso llamó a Paul Volcker, el banquero central que domó la inflación en Estados Unidos cuando lideró la FED, pero ahora que las expectativas de inflación siguen disparadas, la segunda a cargo del emisor ruso está mirando al ejemplo de Chile y el éxito que ha tenido el Banco Central en mantener contenida las expectativas inflacionarias.


En el apogeo de la crisis monetaria de Rusia el año pasado, el gobernador del Banco Central convocó a la experiencia de Paul Volcker y sus nervios de acero. Con las expectativas de inflación ahora cada vez más desancladas, su segundo a cargo está mirando a otro lugar como ejemplo: Chile.

Rusia apunta al Banco Central de Chile como un modelo de éxito en el anclaje de las expectativas de inflación, de acuerdo con la vicegobernadora Ksenia Yudaeva. El tema fue discutido en un congreso financiero en San Petersburgo este verano, donde ofreció un discurso un alto funcionario del Banco central de Chile.

Ambas economías giran en torno a la exportación de materias primas -cobre en el caso de Chile, petróleo y gas en el caso de Rusia-. El peso y el rublo se desplomaron ante el derrumbe de los mercados de petróleo y metales, provocando inflación en Chile y Rusia en los últimos dos años.

Cercado por las tensiones geopolíticas y sanciones por Ucrania, el Banco de Rusia respondió con seis subidas de tasas en 2014, triplicando su tasa de referencia al 17 por ciento. Sus homólogos de Chile respondieron con dos aumentos de un cuarto de punto cada una. ¿La diferencia?

En Chile, «las expectativas de inflación se han mantenido bajas durante mucho tiempo, por lo que el Banco Central de Chile pudo llevar a cabo una política monetaria más expansiva y así poder hacer frente a las consecuencias de la crisis externa», dijo Yudaeva a Bloomberg. «La situación en Rusia es muy diferente.»

Chile comenzó con metas de inflación en 1991, y fue el segundo país del mundo en hacerlo. La tasa de inflación disminuyó de manera constante desde entonces -de 25 por ciento, antes de estabilizarse en torno a la meta de 3 por ciento en la última década. La credibilidad del Banco Central creció fuertemente.

La gobernadora Elvira Nabiúlina invocó al norteamericano Volcker a principios de 2015, cuando la inflación se estaba acelerando al ritmo más rápido en 13 años. Como presidente de la Reserva Federal de 1979 a 1987, él elevó la tasa de interés al 20 por ciento para domesticar las presiones de precios generadas por las crisis del petróleo. Aunque su política dejó a la economía de EE.UU. en picada.

Bajo Nabiúllina, en el cargo desde 2013, el banco central ruso ha navegado la recesión más larga de la nación en dos décadas y empujó las tasas reales de Rusia tocar un nivel que las pone como la segunda más alta del mundo. El impacto ha sido limitado, pero el mensaje ha comenzado a convencer al mercado.

«Ya hemos visto que una política consistente ha comenzado a dar resultados», dijo Yudaeva. «Así que una caída temporal de los precios del petróleo al inicio de este año no ha requerido ningún paso afilado del banco central para estabilizar la situación debido a que la población y el mercado están empezando a comprender mejor la política del banco central».

El Banco de Rusia ha reducido las tasas una vez en el último año después de detener un ciclo de relajación de cinco recortes en septiembre pasado. La economía, que depende de alrededor del 60 por ciento de las exportaciones, se ha ajustado a la caída de los precios del petróleo a través de un tipo de cambio más débil después de que se liberó al rublo a finales de 2014.

Tras depreciarse un 20 por ciento en 2015 y 44 por ciento del año anterior, el rublo ha subido más de un 12 por ciento frente al dólar en 2016. La correlación de 60 días entre el rublo y el petróleo se ha reducido a casi un año de baja.

Chile, el mayor productor de cobre del mundo, ha visto rebotar su moneda en casi un 8 por ciento frente al dólar en 2016 gracias a que los precios de los metales recuperados. En 2014 y 2015 el peso cayó 14 y 13 por ciento respectivamente.

La credibilidad y la historia de independencia del Banco Central de Chile ha logrado que las expectativas de inflación para los dos próximos años sigan ancladas en 3 por ciento, aún cuando la inflación ha superado el 4 por ciento por la mayor parte de los últimos dos años. A diferencia de Rusia, las expectativas en Chile se han ido suavizando, reduciendo aún más la presión sobre el banco central para restringir la política monetaria.

El banco central ruso se centra en un objetivo de inflación del 4 por ciento para el próximo año, un nivel alcanzado sólo brevemente en en 2012 en la historia moderna de Rusia.

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