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Cambia la forma en que analistas y economistas piensan la flexibilidad monetaria

Cambia la forma en que analistas y economistas piensan la flexibilidad monetaria

En los últimos meses ha habido un creciente reconocimiento de los límites y desventajas de esa forma de flexibilización monetaria, lo que se ve subrayado por los cambios de política que anunció el miércoles el Banco de Japón, BOJ por sus siglas en inglés


Sucedió tan rápido.

Si bien analistas y economistas habían debatido durante mucho tiempo sobre la eficacia de la flexibilización cuantitativa –QE por sus siglas en inglés; los programas de compras de los bancos centrales destinados a bajar los costos crediticios para estimular la economía e impulsar la inflación-, el discurso en relación con esos esfuerzos cambia con rapidez. En los últimos meses ha habido un creciente reconocimiento de los límites y desventajas de esa forma de flexibilización monetaria, lo que se ve subrayado por los cambios de política que anunció el miércoles el Banco de Japón, BOJ por sus siglas en inglés

Unos 15 años después de experimentar por primera vez con la QE, el BOJ anunció que se propone cambiar de política para abordar mejor los costos crediticios mediante el establecimiento de tasas a mayor plazo más altas y el alejamiento de un objetivo rígido de expansión de la masa monetaria. Si bien los actores del mercado estiman que el banco central expandirá sus compras de bonos y adentrará más en territorio negativo la tasa sobre una parte de los balances bancarios en próximas reuniones, la decisión del BOJ constituye un reconocimiento de que su estrategia de drástica expansión de la masa monetaria para combatir la inflación ha asestado un golpe a la rentabilidad del sector financiero. “Lo más importante es aquí que ahora el BOJ guía al mundo hacia una nueva era de banca central y que hará de la tasa de interés a largo plazo y los rendimientos de los bonos gubernamentales japoneses a 10 años el centro de su plataforma de banca central en lugar de la política de tasas de interés negativas”, escribieron hoy en una nota analistas de TD Securities Inc. que encabezó Mazen Issa. “El programa de control de la curva de rendimiento es un concepto interesante pero que no se ha probado. Se trata de un intento de llevar alivio a fondos de pensiones, (compañías aseguradoras de vida) y bancos”.

El programa que se anunció el miércoles contribuyó al avance de las acciones de las entidades crediticias japonesas, lo que subraya la evolución de la política monetaria. El BOJ planea comprar suficientes bonos gubernamentales a 10 años para mantener el rendimiento cercano a cero por ciento, mientras que podría comprar menos bonos a mayor plazo, en una medida que se estima impulsará las ganancias del sector financiero y lo alentará a prestar e invertir.

El Banco de Japón había duplicado su programa de QE en febrero con la sorpresiva introducción de una política de tasas de interés negativas sobre una parte de las reservas bancarias, lo que derivó en una fuerte declinación de las tasas a largo plazo –así como de las acciones bancarias- en un contexto de presión sobre los márgenes de interés neto de las entidades crediticias.

A pesar de la estrategia de conmoción de principios de año, el yen se apreció luego del anuncio de la medida, mientras que el riesgo de deflación persiste –con un IPC de menos 0,5 por ciento interanual en julio- y las estimaciones de inflación a largo plazo siguen siendo bajas.

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