La amnistía busca no solamente aumentar el ingreso gubernamental sino también estimular la inversión local en momentos en que los compromisos internacionales están rezagados de las expectativas del gobierno. De acuerdo con pronósticos, la economía se contraerá 1,5 por ciento este año.
Los argentinos han declarado US$20.000 millones en ahorros ocultos, con lo cual se cumplió la meta del gobierno cuatro meses antes de que una amnistía fiscal parcial llegue a su fin, dijo el martes el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay.
Los argentinos que declaren fondos pueden optar por pagar una multa de 10 por ciento o comprar bonos gubernamentales y aportar a fondos comunes de inversión para financiar las inversiones en la economía local. La multa ascenderá a 15 por ciento para enero, antes de que el programa venza el 31 de marzo. Al día de ayer, se habían depositado US$7.000 millones en efectivo en cuentas bancarias especiales por parte de personas que participan en el programa, dijo Prat-Gay.
El presidente Mauricio Macri anunció la amnistía parcial para evasores impositivos en mayo en su afán por atraer recaudación de unos US$400.000 millones que se estima tienen los argentinos en cuentas en el exterior.
La amnistía busca no solamente aumentar el ingreso gubernamental sino también estimular la inversión local en momentos en que los compromisos internacionales están rezagados de las expectativas del gobierno. De acuerdo con pronósticos, la economía se contraerá 1,5 por ciento este año.
En una conferencia, Prat-Gay dijo que esto, “por supuesto”, ampliaba la base imponible y también ponía a trabajar ahorros que hasta ahora estaban ocultos.
JPMorgan ha calculado que el gobierno podría generar una recaudación impositiva de US$8.000 millones a US$10.000 millones a través del programa. HSBC ha dicho que prevé que se declaren unos US$60.000 millones en total.
Tras dos defaults soberanos en 15 años y el congelamiento temporario de cuentas bancarias en 2001, muchos de los argentinos aún están reticentes a confiar en bancos locales. Solamente 50 por ciento de los argentinos tenía una cuenta bancaria en 2014, según un informe del Banco Mundial, comparado con 68 por ciento en Brasil y 63 por ciento en Chile.
Según Prat-Gay, “es muy probable” que quienes no evaluaban alternativas de inversión debido a las implicancias tributarias ahora tendrán esos fondos a su disposición.
