Opinión
«Quienes somos detractores de la Ley Longueira y no nos dejamos engañar por ‘fuegos de artificio’, tenemos la convicción de que esta es solo un maniobra que pretende desviar la atención de Asipes y dejar el caso enraizado en una sola persona. Así, se lava la imagen de las 7 familias y de todas las empresas ligadas al sector».
La salida del presidente de la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes), Luis Felipe Moncada, era una muerte anunciada.
Los rumores en la Región del Biobío, donde mantiene su base gremial, eran diarios. Había expectación para conocer cuál sería la estrategia que el gremio utilizaría para paliar el impacto en su imagen tras la investigación judicial que se le vino encima, por financiamiento ilegal de la política durante la tramitación de la Ley de Pesca.
La historia es simple. Todo comienza con la incautación de los computadores desde sus oficinas y, luego, de casa de uno de los principales gestores de la mentada norma. Más tarde una formalización, que lo llevó alejarse de la primera línea mediática, de micrófonos y de cámaras, que a ojos de quienes lo conocen, eran parte de su cotidianidad. Por tanto, la judicialización de la Ley Longueira le causó un enorme daño a su imagen y a las empresas asociadas.
Hay que recordar que “Luis Felipe Moncada Arroyo, presidente de Asipes” se devela a la opinión pública, cuando se conoce que eran o son múltiples las organizaciones gremiales de la industria pesquera con vínculos -más allá de la ley- con parlamentarios. Así, Moncada se convierte en la VIII Región, en el “Francisco Mujica” (Caso Corpesca) del sur.
Su rol fue y sigue siendo muy importante. No hay que olvidar aquel correo en el que Moncada reveló que la industria se reunió con el entonces ministro de Economía, Pablo Longueira, dos meses antes de que se enviara el proyecto de Ley de Pesca al Congreso. Este último, en esa época, les propuso incorporar licitaciones de un 15%, creando toda una maraña comunicacional, donde acordaron que los industriales “patalearían” contra la medida, a fin de que, dado su “rechazo”, el Parlamento estuviera abierto a mantener esta mínima apertura al mercado; en contra de la propuesta inicial del anterior ministro Juan Andrés Fontaine, que postulaba la licitación del 50% de la cuota industrial. Ojo en sintonía con la postura que había tenido antaño el ex Presidente Sebastián Piñera… en fin… como los camaleones, todo cambia.
Teniendo claros estos puntos, debemos preguntarnos: ¿qué hay detrás de su “renuncia”?
Clarifico las comillas. Porque, según consignó Radio Bío Bío, tras la renuncia de su presidente, ASIPES informó que Moncada continuará asesorando al gremio, incluidas las negociaciones internacionales relativas a la Organización Regional de Pesca del Pacífico Sur (ORP).
Quienes somos detractores de la Ley Longueira y no nos dejamos engañar por “fuegos de artificio”, tenemos la convicción de que esta es solo un maniobra que pretende desviar la atención de Asipes y dejar el caso enraizado en una sola persona. Así, se lava la imagen de las 7 familias y de todas las empresas ligadas al sector.
La gremial pasa a segundo plano. Una forma de actuar que se ha visto en la industria pesquera. Solo hay que recordar la llegada del mismo Luis Felipe Moncada a la presidencia de Asipes, una vez concluida la tramitación de la Ley de Pesca. Los artífices de la misma pasaron a la retaguardia. Lo mismo hará Moncada. Total, su “renuncia” es solo a un cargo, no a su relación con sus socios.
Como lo mostrará la justicia, aquí no solo hay personas naturales responsables de una posible colusión en la norma. Habría concertación de personas jurídicas, empresas en la zona norte, Asipes en el centro-sur, Fipes en la zona austral, solo por mostrar algunas. El regalo que el Estado entregó a las empresas, la entrega gratuita de recursos pesqueros que pertenecen a todos los chilenos, tiene signo dólar y las ganancias -al parecer- siguen siendo importantes en este negocio.
La investigación continúa y solo queda esperar que salga todo a la luz; ya que Moncada solo es una hebra de la madeja, más aún teniendo en consideración que Asipes es manejada por un directorio (en silencio) y que, en la discusión de la ilegítima Ley de pesca, Luis Felipe Moncada solo era gerente de la organización… falta mucho por destapar.
Juan Montenegro
Presidente de la Federación de Trabajadores Pesqueros (Fetrapes)
