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El dilema de los gremios empresariales ante una sociedad que los cuestiona: renovarse o atrincherarse Alfredo Moreno, que asume en la CPC a fin de mes, reconoce que las empresas tienen que cambiar su cultura para recuperar la confianza

El dilema de los gremios empresariales ante una sociedad que los cuestiona: renovarse o atrincherarse

Luisa Navea
Por : Luisa Navea Periodista El Mostrador Mercados
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En los próximos meses las principales agrupaciones de empresarios cambian sus directivas y están apostando por líderes empoderados e influyentes para no perder relevancia, recuperar legitimidad y estar mejor preparados ante el nuevo Gobierno que se viene, ya sea de Piñera, Guillier o Lagos. Las cartas empresariales hablan de rostros conocidos y otros no tanto. El rechazo de Fernán Gazmuri a asumir la candidatura de la Sofofa daría paso a un candidato de consenso que podría venir de la camada más joven de la Industria, entre los cuales el nombre que suena más fuerte sigue siendo el de Bernardo Larraín Marte. La cúpula de la Asociación Nacional de Agricultura se inclina por potenciar la dupla Ariztía-Galilea. Mientras que la Cámara Nacional de Comercio decidirá esta semana si opta por un candidato de consenso o se da la pelea en tres frentes. Dicho resultado incidiría en la renovación de la directiva de la Cámara de Comercio de Santiago, la cual, de acuerdo a los apoyos internos, situaría al ex ministro de la Vivienda, Edmundo Hermosilla, en la presidencia que desde hace 8 años ocupa Peter Hill.


Los gremios empresariales más poderosos tienen que renovar este año sus directivas. Pero, a diferencia de otras elecciones, las colectividades están enfrentadas a un gran dilema. Se renuevan, apostando por candidatos que representen a la nueva generación, o se atrincheran defendiendo cartas ya probadas en la conducción del gremio, pero con poca capacidad de liderar el proceso que los vuelva a situar como actores legitimados ante la sociedad.

El calendario 2016 ha sido marcado con destacador rojo por varios gremios que en el último año han sido golpeados por las reformas, los escándalos de colusión y malas prácticas empresariales, además de los fuertes coletazos del estancamiento económico.

La poca capacidad de influir en el Gobierno y de ser escuchados en la toma de decisiones, les pasó la cuenta. Se sintieron solos, poco entendidos y distanciados del Ejecutivo. Ello motivó a que cada gremio que este año renueva su cúpula elija con lupa a su nuevo presidente, con el fin de que éste se halle a la altura de los desafíos en un eventual Gobierno de Sebastián Piñera, Alejandro Guillier o Ricardo Lagos.

En ese camino, la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) fue la primera entidad en apostar por un candidato de consenso, con fuertes redes en el mundo político y empresarial, como es el ex canciller Alfredo Moreno, al tiempo que el ex presidente de la CPC, Andrés Santa Cruz, se posicionaba en la testera de la Asociación de AFP, con un liderazgo transversal.

Fue el propio Moreno –que asume en la CPC a fin de mes– quien el domingo en El Mercurio puso clarito sobre la mesa el dilema que enfrentan los empresarios: «Las empresas tienen que cambiar su cultura para recuperar la confianza de las personas».

Estos cambios se suman a los que hoy se anidan en la interna de otras cinco colectividades empresariales: la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa); la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA); la Cámara Nacional de Comercio (CNC); la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) y La Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (Abif), en la que se espera que sea reelecto el presidente Segismundo Schulin-Zeuthen.

En el caso de la Sofofa, el gremio industrial transita por la difícil apuesta de posicionar a un candidato de consenso. De ahí que el nombre del presidente de ACHS, Fernán Gazmuri, emergiera como el hombre de transición, y el de Bernardo Larraín Matte (presidente de Colbún) o Gonzalo Said (Embotelladora Andina) como la carta del recambio generacional en representación del “Grupo de los 5”, en el que participan Richard von Appen (Ultramar), Alfonso Swett (Forus) y Juan Manuel Santa Cruz (Lipigas).

La idea de que Gazmuri asumiera la presidencia de la Sofofa surgió del presidente Hermann Von Mühlenbrock y de sus vicepresidentes José Juan Llugany y Gastón Lewin. Ellos veían en Gazmuri al candidato de consenso que la Sofofa necesitaba. Sin embargo, Gazmuri se ha mantenido en su negativa de asumir tal desafío. Algunas versiones dentro de los empresarios apuntan a que la cúpula actual prometió presentarle una lista con todos los apoyos, lo cual no se habría materializado. Además, deslizan que no habría logrado reunir el apoyo de muchos miembros que apoyan una renovación, una nueva mirada y que el gremio tenga mayor relevancia. La idea sigue siendo formar una directiva de unidad, pero no a cambio de que no se hagan reformas y para eso se reunió con Bernardo Larraín Matte a fines de febrero.

Alguno de los más cercanos a Gazmuri sostienen que su rechazo a tomar las riendas de la Sofofa no responde a una la falta de apoyo sino a razones más bien personales. “Su negativa no es con elástico, simplemente no quiere ser candidato a la presidencia de la Sofofa”, cuenta un cercano.

Este sería el tercer candidato que propone Von Mühlenbrock, tras los intentos fallidos de posicionar al presidente de la Asociación de Alimentos y Bebidas de Chile, Rodrigo Álvarez, y al presidente de Oxiquim, Fernando Barros, cuentan desde la Industria.

En tal escenario, fuentes del mundo empresarial señalan que tendrían disposición a apoyar a una persona de consenso que proviniera de la camada más joven de la Industria. Algunos incluso apuestan por el propio Larraín Matte, a quien consideran “un tanque” y lo ven como un líder joven, con un buen discurso, y un estilo cercano que conecta con el empresariado y la sociedad.

Muchos sienten que los jóvenes están dispuestos a subirse las mangas y a trabajar duro por el gremio, solo faltaría el apoyo del actual timonel, Hermann von Mühlenbrock, a quien se le entregó el mandato para buscar el mejor presidente para la Sofofa, considerando la necesidad de que el nuevo timonel mantenga un discurso modernizador para que sea capaz de impulsar una agenda proactiva, dialogante, que ayude a superar el estancamiento económico, y proponer la revisión profunda de la reformas tributaria y laboral con el próximo gobierno.

«A los ejecutivos jóvenes y empresarios se les esta dando espacio dentro de empresas y en los gremios tiene que pasar lo mismo. Están tomando más protagonismo. Hay una nueva generación de ejecutivos que quieren participar y, si los gremios no los representan, buscarán otros espacios y plataformas. Y eso resultará en que los gremios pierdan poder e influencia», apunta un influyente empresario que está teniendo un rol activo en el proceso que está viviendo la Sofofa.

Agrega que «no hay espacio para tomar posiciones defensivas, atrincheramiento». Y dice que hay consenso en que los gremios tienen que buscar una nueva forma, «una forma distinta de conectarse con la sociedad y con las propias empresas».

La poderosa dupla de la SNA: Ariztía y Galilea

En el caso de la Sociedad Nacional de Agricultura, los empresarios del agro despedirán en abril a su presidente Patricio Crespo, aunque el actual timonel asesorará informalmente a la mesa directiva en la próxima reforma al Código de Aguas. Tema que les quita el sueño a los agricultores.

En esa línea, la actual directiva apoyaría por unanimidad la candidatura del ex presidente de la SNA, Ricardo Ariztía, pese a las pretensiones de otros candidatos, como el ex presidente de la Polar, César Barros.

“Si bien César Barros tuvo interés, no se sabe qué apoyo concitará, pero la cercanía de Ricardo Ariztía al agro es mucho más profunda que la que tiene César, cuya actividad agrícola no ha sido el centro de su vida pública y empresarial”, precisan altas fuentes de la SNA.

Sus pares ven en Ariztía a un hombre con una amplia red de contactos y poder de influencia. Un empresario agrícola con una carrera gremial impecable tras su paso por la presidencia de la CPC, SNA, Fedefruta y la dirección de Indap. “Ricardo conoce el país agrícola de punta a cabo, así como a la pequeña agricultura, que es la más débil. Sabe cómo es el mundo político, tiene redes en todos lados y, para los tiempos que vienen, es un candidato que cumple con todos los requisitos para hacer un aporte al debate”, precisan.

Entre el 3 y 11 de abril, los socios de la SNA renovarán el 25% del consejo. Pero recién el 24 de ese mismo mes los 90 consejeros elegirán a los 13 miembros del directorio, entre quienes saldrá electo el próximo presidente, así como los dos nuevos vicepresidentes del agro.

Una de las cartas que acompañaría a Ariztía en el directorio sería la del ex ministro de Agricultura, José Antonio Galilea, hijo y nieto de agricultores trigueros y representante de la Novena Región. Además, la nueva camada estaría representada por el director de la Junta de Vigilancia del Río Ñuble, Martín Arrau, de la Octava Región.

En el plano político, desde la SNA destacan que un eventual Gobierno de Sebastián Piñera sería más amigable para los empresarios. “Piñera es un hombre que cree en la economía social de mercado, en la necesidad de la inversión fuerte para que el Estado pueda cumplir su rol social, al igual que Lagos”, comentan.

Sin embargo, no confían en un futuro Gobierno de Alejandro Guillier, a quien critican por su guiño con el Partido Comunista y al que encasillan como un continuador del actual Gobierno. “El empresariado tiene una visión negativa de este programa de reformas, en la medida en que los propósitos que la animaban se fueron desvirtuando en el camino”, detallan.

Tres hombres para el Comercio

La carrera por la presidencia de la Cámara Nacional de Comercio y Turismo ya ha tomado forma. Si bien los candidatos deben presentar oficialmente su candidatura el 15 de marzo, ante el Consejo General de la Cámara, extraoficialmente hay tres hombres del comercio que estarían dispuestos a ocupar el sillón que deje Ricardo Mewes.

El primero de ellos es el influyente Manuel Melero, vicepresidente de la CNC y presidente de la Cámara Chilena de Centros Comerciales, quien con su lobby logró aprobar una ley de estacionamientos a favor de las empresas, lo que desató una gran polémica entre los consumidores. Sin embargo, su maniobra fue aplaudida al interior de la cúpula del Comercio, que busca posicionar a un candidato que continúe con la línea modernizadora de Mewes y que le dé una mayor visibilidad e influencia al gremio.

En ese sentido, Melero es visto como el gran articulador y un aporte al área, que concitaría un gran apoyo al interior de la colectividad empresarial.

No obstante, aún no está todo dicho. La segunda carta presidencial en carrera, el presidente de la Comisión Laboral de la CNC, Cristóbal Valdés, ha invitado a Melero a integrar su lista en calidad de vicepresidente. Pero todo se definirá esta semana, tras la conversación a puertas cerradas que tendrán ambos eventuales candidatos.

Entre los apoyos a Valdés figura el de los consejeros Adolfo Ovalle, Ramón Aubert, Gustavo Vial, Pablo Bauer, Manuel Catron y Juan Benard. Ellos ya estarían trabajando a nivel metropolitano y regional para llevarlo hasta el sillón de la CNC. Valoran en el ex embajador de la administración de Lagos y ex militante RN, su experiencia gremial, transversalidad y su extensa red de contactos para representar a la Cámara los próximos cuatro años.

El tercer candidato emerge desde la directiva actual. Se trata del bogado y presidente de la Cámara Chileno India de Comercio, Jorge Guerrero, quien está bien catalogado entre sus pares por haber introducido gran parte de los convenios binacionales que lleva adelante la CNC.

Cualquiera de ellos que salga electo tendrá que dar la pelea este 2017 para posicionar a la Cámara Nacional de Comercio entre los otros gremios y plantar su punto de vista en el proyecto que fortalece al Sernac, entre otros temas espinudos.

Hermosilla se asoma como carta para reemplazar a Peter Hill

Los aires de cambio y de modernización que soplan en la Cámara Nacional de Comercio podrían influir en la Cámara de Comercio de Santiago, la que el 28 de junio debe despedir a su presidente, Peter Hill, después de ocho años en el cargo.

La misión es que el candidato que ocupe el lugar de Hill sea de primer nivel. En ese marco, los ojos de parte importante del Comercio estarían puestos en la figura del ex ministro de la Vivienda y consejero del gremio, Edmundo Hermosilla, quien haría una muy buena dupla con Melero, según cuentan desde el sector.

Este es un punto clave para la Cámara de Comercio de Santiago, ya que el vaivén y la historia de estas dos instituciones paralelas ha dependido mucho de esa relación personal entre presidentes. “Lo importante es que se entiendan bien, que tengan buena onda y química. Si no la hay, se produce roce y quiebres”, puntualiza una fuente al interior de la CCS.

La idea es no repetir la mala relación que se dio entre el entonces presidente de la CNC, Fernando Lihn, y el líder de la CCS, Esteban Alvano.

“Es sano que exista la renovación de los cuadros dirigentes del empresariado chileno. Es natural y deseable”, precisan desde la referida entidad, aunque reconocen que aún faltan cuatro meses para que la Asamblea de Socios elija a los 33 miembros del consejo y a los 10 directores, entre quienes elegirá al nuevo presidente y vicepresidente de la CCS.

Desde el gremio de Santiago aclaran que la elección del próximo timonel no estará condicionada por quien sea el próximo gobernante de Chile, ya que el gremio “tiene un carácter más técnico, de prestación de servicios a sus socios, que un rol político”. Pero destacan que un futuro gobierno de centroderecha no necesariamente sería lo mejor para el empresario del Comercio. “El Gobierno de Piñera fue en muchos aspectos más desagradable y duro que el de la Concertación”, sostienen.

Desde hace un tiempo, la propuesta de este gremio va por la línea de un recambio generacional con la integración de consejeros jóvenes, como por ejemplo la gerenta de asuntos Legales y Externos de British American Tobacco, Josefina Montenegro, y la presidenta de papas Tika, Carolina Echenique, además de otros consejeros sub-50.

A diferencia de otras agrupaciones empresariales, la Cámara de Comercio de Santiago no prevé un vacío de influencia en los empresarios sino un problema de cercanía con la ciudadanía. “Ese es un esfuerzo colectivo que tiene que hacer todo el empresariado, no solamente las instituciones gremiales. Un ejemplo digno de seguir es lo que está haciendo Andrónico Luksic con las redes sociales: es salir de la torre de cristal en el que están todos estos personajes e ir al día a día”, precisa una alta fuente gremial.

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