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Malos tratos y desigualdad: clase social y ser mujer están entre los principales factores que los profundizan

Malos tratos y desigualdad: clase social y ser mujer están entre los principales factores que los profundizan

Informe del PNUD Chile, que se lanza este miércoles, desnuda el trato irrespetuoso en nuestro país, respecto al cual señala que, a menudo, es «muy sutil».


La profunda desigualdad económica y social que se ha generado en nuestro país ha impactado también en cómo nos relacionamos cual sociedad.

Ese es uno de los problemas que plantea el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Chile, en su diagnóstico sobre los orígenes, cambios y desafíos de la brecha social en nuestro territorio, y que serán publicados este miércoles en el país.

Como se aprecia en el gráfico, el informe destaca que el 41% de la población encuestada en nuestro país declara haber experimentado en el último año alguna forma de malos tratos, desde ser pasado a llevar, ser mirado en menos, ser discriminado o tratado injustamente.

Consultadas las personas sobre las razones, la clase social (43%) y ser mujer (41%) aparecen, a considerable distancia de todas las demás, como las razones más frecuentes de la experiencia de malos tratos.

Pero también influyen, en el marco de ciudades notablemente segregadas, el lugar donde vive (28%) y su trabajo u ocupación (27%).

Una de las conclusiones del informe, apoyado en los datos, es que Chile es un país clasista.

«El machismo y el clasismo gatillan todo tipo de experiencias de menoscabo y discriminación», describe el informe, que detalla que «los relatos que surgen en entrevistas y grupos de discusión sacan a la luz el amplio repertorio de que se dispone para hablar del trato social en Chile. El vocabulario para referirse a los malos tratos es profuso: Te miran con desprecio, te ponen la mano encima, te apuntan con el dedo, te pasan a llevar, pisotean a los demás, humillan a las personas”.

Agrega que el léxico es tan rico como las distinciones en que las personas se basan para detectar gestos, tonalidades, posturas y silencios que se pueden leer, casi sin ambigüedad, como formas de menoscabo. «Esta fineza en la capacidad de percibir tratos denigrantes también corre a la hora de perpetrarlos: el trato irrespetuoso puede ser vociferante pero también, y a menudo lo es en Chile, muy sutil».

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