Las personas necesitan trabajo, y para generar trabajo Chile tiene que volver a crecer, y debe volver a generarse inversión (la que, de manera inédita, completará cuatro años de retroceso). Para generar inversión debe haber confianza y reglas claras, cosa que se ha destruido en el último período presidencial y que, en las elecciones pasadas, se demostró al ganar la opción de no continuar como estamos.
Luego de las elecciones presidenciales del pasado 19 de noviembre, se ha planteado en diversas plataformas de información que, a la luz de los resultados obtenidos, se puede concluir que la necesaria recuperación económica planteada por el candidato Sebastián Piñera, al parecer, no fue decisiva a la hora de votar. Se ha planteado también que las reformas de este Gobierno, después de todo, no han sido mal percibidas por la ciudadanía.
Pues bien, no puedo estar más en desacuerdo con esas afirmaciones. Si se analizan los datos efectivos, vemos que por lejos la opción de Piñera fue la predilecta de los votantes: ganó ampliamente con un 36,6% de las preferencias. Su contendor más próximo en la lista –que representa la continuidad de las reformas y del Gobierno actual– solo obtuvo el 22,7% de las preferencias; es decir, una holgada diferencia de 13,9 puntos. La sorpresa de Beatriz Sánchez (con un 20,3%) no podría considerarse como un apoyo a la administración actual, y así lo ha comunicado el Frente Amplio al no darle su apoyo al candidato de la Nueva Mayoría.
Ambos candidatos –Piñera y Guillier– tuvieron una votación menor a la anticipada, por lo que aquí lo que pareciera confundir son las expectativas. Una cosa es estar bajo las expectativas y otra cosa es afirmar, a la luz de estos resultados, que a las personas no les importa el futuro económico de nuestro país. Además, si miramos los votos obtenidos en las elecciones parlamentarias, se ve que la derecha logró el mejor resultado de los últimos años, mientras que la Nueva Mayoría perdió representación.
De esta manera, vuelvo a preguntarme: ¿al votante no le importa el escenario económico? No lo creo. ¿El votante apoya las reformas y el programa del actual Gobierno? Tampoco lo creo.
Y es que no es para menos. Recientemente salieron los datos de empleo que publica el INE, los cuales dan cuenta de una continua precarización del mismo. Si bien la tasa nacional de desempleo no aumenta (se mantiene en 6,7%), se observa que el empleo por cuenta propia es el que sostiene mayormente el mercado laboral, al tiempo que lo poco que crece el empleo asalariado (entendido como uno de buena calidad, con contrato y cotizaciones), está completamente sostenido por el empleo público. A un año, este ha aumentado en algo más de 100 mil puestos de trabajo, mientras que en el sector privado se han perdido algo más de 64 mil. Las personas necesitan trabajos de calidad, situación que no puede darse con este bajo nivel de crecimiento: 1,5% estimado para este año, con lo que se promediaría un 1,8% en los 4 años de Gobierno de la Nueva Mayoría. La pequeña empresa no resiste más creciendo a estas tasas.
Las personas necesitan trabajo, y para generar trabajo Chile tiene que volver a crecer, y debe volver a generarse inversión (la que, de manera inédita, completará cuatro años de retroceso). Para generar inversión debe haber confianza y reglas claras, cosa que se ha destruido en el último período presidencial y que, en las elecciones pasadas, se demostró al ganar la opción de no continuar como estamos.
Carolina Grünwald
Economista Senior de Libertad y Desarrollo