Según la constitución de Perú, si Kuczynski pierde la votación, el primero que le sigue para asumir la presidencia es el vicepresidente Martín Vizcarra, un ingeniero civil de 54 años. Si no acepta, podría asumir la segunda vicepresidenta Mercedes Aráoz. Si ambos se niegan a hacerlo, se llamaría a nuevas elecciones.
Pedro Pablo Kuczyinski enfrenta al Congreso de Perú este jueves en un intento de salvar su presidencia, transcurrida menos de una semana desde que los legisladores activaron el proceso de destitución en medio de acusaciones de que mintió sobre sus negocios con la compañía que es centro de un escándalo por sobornos a nivel del continente.
El veterano de Wall Street y exministro de Finanzas de 79 años habló ante el Congreso poco después de las 9:00 horas en Lima, acompañado por su abogado Alberto Borea, para tratar de frenar una moción destinada a declarar su “incapacidad moral”. El presidente tiene al menos dos horas para presentar su defensa, que será seguida por deliberaciones de los legisladores. Posteriormente, en la misma jornada votarán si lo destituyen; para sancionar esa moción son necesarios 87 votos.
Esta votación corona una semana vertiginosa para el país andino después de que legisladores de la oposición exigieron la renuncia de Kuczynski al revelarse que una firma de su propiedad recibió dinero de la constructora brasileña Odebrecht SA, que pagó cientos de millones en coimas en toda la región. Sus defensores acusan a la oposición de intentar un golpe “exprés”, en tanto el presidente buscaba órdenes judiciales para frenar la votación y pidió a la Organización de Estados Americanos enviar veedores al país.
“El congreso sacó una conclusión muy apresurada sin dar al presidente ni siquiera una posibilidad de defenderse, sin que haya una investigación completa y exhaustiva”, dijo Jaime Reusche, analista de deuda peruana soberana en Moody’s Investors Service. “La acción del Congreso es sumamente preocupante”.
Fiscales de toda América Latina están investigando sobornos que Odebrecht pagó a funcionarios públicos a cambio de contratos por miles de millones de dólares. La compañía reveló pagos a Westfield Capital Ltd., propiedad de Kuczynski, cercanos a los US$800.000, entre 2004 y 2007 por asesoramiento en proyectos que Perú otorgó a la constructora brasileña.
El presidente dijo el domingo que no tenía conocimiento de las negociaciones de la compañía en ese momento porque un socio manejaba la firma. Dijo que, siendo el único accionista de Westfield, posteriormente recibió un dividendo y por ende ganó “algo de dinero” del acuerdo de Odebrecht. Pero niega haber concedido favores a Odebrecht cuando era ministro de Finanzas.
En un discurso en la TV nacional en la noche del miércoles, Kuczynski dijo que defendería su “capacidad moral” y que Perú estaba enfrentando un “golpe de Estado disfrazado” de legisladores de la oposición.
Según la constitución de Perú, si Kuczynski pierde la votación, el primero que le sigue para asumir la presidencia es el vicepresidente Martín Vizcarra, un ingeniero civil de 54 años. Si no acepta, podría asumir la segunda vicepresidenta Mercedes Aráoz. Si ambos se niegan a hacerlo, se llamaría a nuevas elecciones. Vizcarra, que también es embajador ante Canadá, regresó a Perú el miércoles e hizo un llamado a la “calma” y la “razón” y ambos vicepresidentes reafirmaron su lealtad a Kuczynski.
