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¿Reemplazarán los robots los puestos de trabajo en Chile? Opinión

¿Reemplazarán los robots los puestos de trabajo en Chile?

En Chile no hay una industria manufacturera al nivel de USA, Japón o Europa, por lo que los robots no podrán reemplazar la mano de obra chilena calificada, porque no hay una industria automotriz, electrónica o computacional de primer nivel. En el caso de los bots es distinto, una parte importante de nuestra economía se basa en servicios, estas empresas sí o sí tendrán que adquirir tecnología basada en bots, ya sea por mandato de sus filiales principales de Europa o USA o para disminuir riesgos operativos y aumentar eficiencia.


Uno de los economistas más grandes de la historia, J.M. Keynes, en 1930 dio una conferencia a estudiantes en Madrid, llamada “Economic Possibilities for our Grandchildren”(«Posibles situaciones económicas de nuestros nietos»), donde básicamente profetizó a esa altura algo inimaginable: que la jornada laboral para el año 2030 sería de aproximadamente 15 horas semanales, esto como consecuencia de un aumento constante en la productividad.

Aunque su predicción en magnitud no es tan precisa, en dirección estaba completamente acertado. En Chile no han disminuido notoriamente las horas laborales los últimos años, sin embargo, en Europa el promedio era de 25 horas semanales de trabajo para las personas entre 18 y 64 años el año 2008, mientras que hoy estas cifras están cerca de 18 horas semanales.

Antes de tratar de contestar la pregunta de si los robot o bots reemplazarán los puestos de trabajo en Chile, es necesario explicar la diferencia entre robots y bots: los robots son maquinaria que se asocia a la producción y a la manufactura, y en nuestro inconsciente lo podemos relacionar a esos gigantes que se mostraban en el programa de Hernán Olguín por allá en los años ochenta, donde nos hacían ver que estas tecnologías estaban realizando tareas de construcción de automóviles en Japón.

Por otro lado, los bots son softwares programables que hacen tareas repetitivas y operativas en las áreas de administración de cualquier empresa, al igual que lo hace una persona en un banco, un hospital o una consultora.

Estos bots hacen automático, por ejemplo, el proceso de recoger el dólar observado de una página en internet, pegarlo en una celda de Excel donde corre una macro, para después enviarlo por email a una lista predeterminada de personas; la gracia de los bots, es que no es necesaria una gran inversión, ni cambiar la estructura ni el Core de sistemas tecnológicos de una empresa. Los bots actúan a un nivel muy superficial, podríamos decir que hacen lo mismo que una persona con un mouse pinchando, cortando y pegando información de distintas fuentes para armar un reporte o para cuadrar una cartera de inversiones.

Volvamos a nuestra tesis, ¿los robots o bots reemplazarán los puestos de trabajo en Chile? La respuesta es sí, pero no tanto como en otros países del primer mundo. Primero, en Chile no hay una industria manufacturera al nivel de USA, Japón o Europa, por lo que los robots no podrán reemplazar la mano de obra chilena calificada, porque no hay una industria automotriz, electrónica o computacional de primer nivel. En el caso de los bots es distinto, una parte importante de nuestra economía se basa en servicios, estas empresas sí o sí tendrán que adquirir tecnología basada en bots, ya sea por mandato de sus filiales principales de Europa o USA o para disminuir riesgos operativos y aumentar eficiencia.

Aunque en Chile no hay todavía grandes proyectos de automatización de procesos usando bots, sí se han hecho en Sudamérica. Por ejemplo, en Colombia nuestra firma instaló e implementó más de 200 bots en uno de los bancos más grandes de ese país y el resultado fue extraordinario: no solo se mejoró la eficiencia y las utilidades del banco de manera notoria, sino que también el ambiente laboral mejoró sustancialmente. Además, hubo un mínimo de reducción laboral en esa entidad, pero lo más importante es que los profesionales dejaron de hacer tareas tediosas repetitivas y operativas, para ocupar ese tiempo en desarrollar sus verdaderos talentos y aportar valor agregado a la empresa.

Ese resultado en Colombia es probable que se repita en Chile. Los puestos laborales menos calificados que realizan tareas repetitivas y operativas, probablemente sean reemplazados. Por otra parte, los profesionales que agreguen valor a la empresa tendrán el alivio de prescindir de todas aquellas operativas que son necesarias dentro de una organización, pero que quitan tiempo y generan frustración dentro de los profesionales que quieren realizarse en sus verdaderos talentos, ya sea como un aporte comercial o técnico.

Óscar Urzúa
Socio de KPMG Chile

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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