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BBVA espera que el peso chileno se mantenga fuerte en el corto plazo, pero «mostraría debilidad hacia la segunda parte del año», lo que ubicaría al dólar en torno a $640 Tipo de cambio cerró la semana en $603,8

BBVA espera que el peso chileno se mantenga fuerte en el corto plazo, pero «mostraría debilidad hacia la segunda parte del año», lo que ubicaría al dólar en torno a $640

El equipo de estudios del banco señala que la presión apreciativa de nuestra divisa «continuaría una vez que ceda la volatilidad global reciente», aunque apuesta a que el escenario externo «presionará» hacia la depreciación de la moneda nacional en la segunda parte del año, incluyendo además que «los factores locales también apoyarán ese camino».


El tipo de cambio se mantendría en niveles actuales durante los próximos meses, mientras que partir del segundo semestre, el dólar despegaría en el mercado local hacia los $640, de acuerdo a un informe publicado este jueves por el equipo de estudios del BBVA.

De acuerdo al análisis, a corto plazo el dólar -que esta jornada cerró la semana en $603,8- se ubicaría en un rango de $590-$600 en el corto plazo.

En ese sentido, detallan que inversionistas offshore de corto plazo «han retirado sus apuestas a favor del peso por US$2 billones desde mediados de diciembre, alcanzando una posición nocional cerca de mínimos históricos, lo que nos hace prever acotado espacio para mayores desarmes de carry trade. Por este canal, podríamos encontrarnos con alguna presión apreciativa una vez que ceda la volatilidad global reciente».

Agregan que las cifras locales de crecimiento hasta abril «alimentarán percepciones de rápida recuperación y mantendrán altos los niveles de confianza», en ese sentido indican que «el canal de expectativas continuará generando presión bajista sobre el tipo de cambio».

A esto agregan que las AFP «mantendrán presión vendedora de dólares ante la continuación de un lento pero persistente flujo de cotizantes hacia fondos conservadores en las próximas semanas, así como el Banco Central al que apuestan «mantendrá discurso de mantención prolongada de la Tasa de Política Monetaria con sesgo alcista hacia fin de año».

Pero hacia el segundo semestre, desde el equipo de estudios liderado por Jorge Selaive, plantean un escenario donde el dólar llegaría a lo $640, en el marco de la presión externa hacia la depreciación del peso, aunque con factores locales también apoyando ese camino.

Esperan «un tipo de cambio real entre 5% y 6% por debajo de niveles fundamentales de largo plazo», lo que indican «sugiere presión depreciativa de mediano plazo», en tanto apuntan a que el precio del cobre «ha comenzado a dar los síntomas de agotamiento que esperábamos».

Ante esto, indican que la «mantención de la debilidad del dólar, fortaleza del Yuan y mayor convicción de estabilización en China no han sido suficientes para contrarrestar la evidencia de menores importaciones de cobre desde China, así como la paulatina salida de especuladores de posiciones largas en el metal», por lo que esperan que el cobre regrese hacia US$2,6 – US$2,8 la libra.

Otro de los puntos claves a los que apuntan es que la confianza empresarial «cerca de máximos históricos que se alcanzarían el 2T18 levantarán el desafío de mantenerlas en esos niveles. Los riesgos de reversión (acotada) en las confianzas aumentarán a partir de mediados de año, lo que coloca sesgo alcista al tipo de cambio».

Agregan que la «persistente debilidad de la inversión privada, encubierta ante las buenas cifras de crecimiento de los primeros meses del año, será evidente cuando las bases se tornen más exigentes».

Su previsión es que «creceremos el doble del 2017, pero no mucho más que eso este año», apuntando a un 3,2%, lo que a su entender «llevará a cierta mitigación en la exuberancia de los agentes económicos», añadiendo además que «la debilidad del mercado laboral privado no es tan fácil de revertir sin inversión, y esta vez vemos menos probable el rol contra-cíclico del gasto público ante un claro y bienvenido compromiso de consolidación fiscal».

Suman a su proyección además que las tasas externas han aumentado en lo más reciente y «continuarán haciéndolo, ante buenas cifras de crecimiento en economías desarrolladas y mayor temor a recuperación inflacionaria global». Esperan en ese escenario cuatro alzas de la Fed este año y no menos de dos en 2019.

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