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La alianzas público-privadas son algo que el Ministerio de Desarrollo Social tiene entre sus objetivos. Así, aunque parecen actividades del día a día, entre líneas reflejan la influencia del secretario de Estado en el mundo privado, como sucedió, por ejemplo, con su pauta del sábado 9 de junio. Allí estuvo junto al gerente general corporativo, Fernando de Peña, de una de las cadenas de centros comerciales más grande del país, Mall Plaza, y los ejecutivos no tuvieron problema en sacarse fotos con el ministro en el lanzamiento de la campaña «Yo te abrigo», que busca reunir kits de ropa para personas en situación de calle. Ya logró levantar el apoyo del retail por parte de compañías que conoce de cerca, como VTR y Derco –fue su director–, que también respaldan la iniciativa.
El ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, quiere retomar su «brillo», ese mismo que generó expectativas cuando fue nombrado para el gabinete, pero que se fue opacando luego de una instalación en el Gobierno que se le hizo un poco cuesta arriba, sobre todo siendo uno de los hombres de total confianza del Presidente de la República Sebastián Piñera.
Está tratando y eso quedó de manifiesto después que, en tiempo récord, revirtiera una decisión que dejaba mal parado a todo el Gobierno y su insistencia pública en la relevancia que tienen para dicha administración las políticas de la infancia.
Un decreto de ajuste fiscal del 24 de mayo de la Dirección de Presupuestos (Dipres) ordenó ejecutar un recorte de recursos para todos los organismos de la administración pública. Entre ellos, se incluía al Servicio Nacional de Menores (Sename), institución a la cual se le quitaban $ 3.922 millones, pero, horas después y tras las críticas públicas que generó la decisión, la directora del organismo, Susana Tonda, salió a informar que los recursos habían sido repuestos.
Fuentes conocedoras del episodio agregaron que dicha rectificación no fue una decisión al voleo, sino que responde al objetivo político de mantener como pilar la arista social del mandato de Piñera y que el ministro Moreno, de la mano del anuncio de la infancia, retome una agenda activista.
La época es perfecta, es temporada de lluvias, el frío, los inmigrantes y los niños requieren un Estado presente y Moreno debe cumplir ese rol. A diferencia de otros ministros, su agenda en las últimas semanas ha sido incesante, dentro y fuera de Santiago ha tenido una serie de actividades en las que ha volcado su atención en quienes necesita que sean sus principales aliados en esta pasada, más aún si sus aspiraciones son las de ser un político de primera línea: los privados, los empresarios, esos mismos que él conoce de cerca y que lo tratan de tú, de gerente a ministro.
La alianzas público-privadas son algo que el Ministerio de Desarrollo Social tiene entre sus objetivos. Aunque a simple vista parecen actividades del día a día, entre líneas reflejan su influencia con el mundo privado, como se observó, por ejemplo, en su pauta del sábado 9 de junio junto al gerente general corporativo, Fernando de Peña, de una de las cadenas de centros comerciales más grande del país, Mall Plaza.
[cita tipo=»destaque»]Ahí Moreno dejó ver cuál es su intención, al mando del ministerio, para el sector privado. “Parte de nuestro compromiso de Gobierno es que haya una ley única de donaciones que permita que la filantropía se expanda”, sentenció en línea con la iniciativa incluida en el programa gubernamental de Piñera, y luego añadió que es necesario profundizar e impulsar las donaciones de forma permanente: “La caridad es para aliviar un problema, pero la filantropía busca una solución definitiva”.[/cita]
Los ejecutivos no tuvieron problema en sacarse fotos junto al ministro, en el lanzamiento de la campaña «Yo te abrigo», que busca reunir kits de ropa para personas en situación de calle. Moreno logró levantar apoyo del retail, por parte de compañías que conoce de cerca, como VTR y Derco –fue su director–, las que también apoyan la iniciativa. El objetivo es que las alianzas público-privadas entre Desarrollo Social y diversas empresas sigan fomentándose como eje clave de la gestión, por eso su agenda mezcla lo público con el guiño que hace a los privados cada tanto.
Pasó el jueves 7 en la Universidad Adolfo Ibáñez. En una actividad liderada por Harald Beyer, rector de dicha casa de estudios, Moreno tuvo de público a algunos connotados hombres del sector privado, por ejemplo, a una serie de expertos, académicos, directores de fundaciones y empresarios, entre los que se encuentran Magdalena Aninat, Carolina Fuensalida, Francisco Saffie, Víctor Avilés, Ignacio Irarrázabal, Alejandro Ferreiro, Diego Matte, Alejandra Pizarro, Jorge Rojas, Kathleen Barclay y Juan Andrés Camus.
Moreno participó del lanzamiento de un informe con propuestas para modernizar el sistema de donaciones en nuestro país y expuso en un seminario sobre filantropía que organizó la Escuela de Gobierno de la UAI, a través del Centro de Filantropía e Inversiones Sociales (CEFIS), hasta donde arribaron más de un centenar de representantes empresariales y de organizaciones sociales.
Ahí Moreno dejó ver cuál es su intención, al mando del ministerio, para el sector privado. “Parte de nuestro compromiso de Gobierno es que haya una ley única de donaciones que permita que la filantropía se expanda”, sentenció en línea con la iniciativa incluida en el programa gubernamental de Piñera, y luego añadió que es necesario profundizar e impulsar las donaciones de forma permanente: “La caridad es para aliviar un problema, pero la filantropía busca una solución definitiva”.
El ministro ha hecho cálculos: las donaciones en Chile alcanzan cerca de 155 mil millones de pesos, pero, por diversas razones, solo 24 mil millones llegan a programas sociales.
Fuentes cercanas al Ejecutivo explicaron que es clave qué cantidad de recursos puede lograr llevar directamente Moreno a sus programas con apoyo el sector privado, debido a que el Ministerio de Hacienda ha marcado una clara política de austeridad en todas las carteras.
Desde la UAI, su rector, Harald Beyer, agregó que en Chile las donaciones representan solo un 0,12% del PIB y se le entregó a Moreno una propuesta para mejorar el sistema. «La modernización del sistema de donaciones debe contemplar entre sus principios rectores mejorar la capacidad de movilización de recursos privados a bienes públicos desde tres pilares: el mejoramiento de los incentivos tributarios, en igualdad de trato a personas naturales y jurídicas; el fortalecimiento de la capacidad de las organizaciones donatarias en el levantamiento de recursos privados; y una legislación clara que entregue certeza jurídica, con incentivos y procedimientos simples para la constitución de fondos patrimoniales a partir de donaciones privadas que permitan asegurar la estabilidad financiera de organizaciones sin fines de lucro», puntualiza uno de los apartados de la propuesta.
Para Moreno es clave también el efecto que genere el trabajo que está realizando en diferentes círculos. Por eso en abril logró que la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) comprometiera su apoyo para la iniciativa, cuando recibió, además, a varios otros dirigentes empresariales. «Dijimos que los teléfonos iban a sonar, pero no fue necesario, porque han estado aquí y me ha gustado mucho, porque su respuesta ha sido colocarse a disposición de colaborar en todo lo que sea necesario”, comentó entonces el secretario de Estado.
La CPC ya respondió el llamado y nominó a Sergio Torretti, actual presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) para que apoye el trabajo del Mapa de la Vulnerabilidad desde el sector público.
Con todos estos antecedentes, será clave ahora cómo Moreno se mueva y si, en medio de los ya debatidos recortes fiscales, logra ingeniárselas para que sus propuestas logren financiamiento y que su gestión entonces recupere ese brillo que todo político anhela.
