MERCADOS
La más reciente encuesta Plaza Pública reveló que incluso entre quienes se identifican con la derecha el apoyo al proyecto es ampliamente mayoritario (65%). Además, 72% cree que la iniciativa tendrá efectos positivos en la productividad de los trabajadores y 61% en la economía del país, aunque 47% ve un impacto negativo en los sueldos. Pero en el Gobierno y en el mundo empresarial y económico, la perspectiva es negativa. Por ejemplo, el economista Ricardo Caballero, criticó la medida señalando que «en Chile queremos trabajar como franceses y crecer como asiáticos», al tiempo que la CPC dijo que la iniciativa «va a tener costos en el empleo, los salarios y en los trabajadores más vulnerables».
El proyecto de ley que busca reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales, que ya fue aprobado en general en la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, sigue generando opiniones dividas en los sectores políticos y económicos del país.
Pero en la ciudadanía el panorama es mucho más claro, ya que según la más reciente encuesta Cadem, 74% de la población apoya la iniciativa impulsada por la diputada comunista Camila Vallejo, mientras que 22% se mostró en desacuerdo.
Entre los trabajadores, este número se mantiene sin cambios (74%), pero aumenta a un 84% entre los estudiantes. Los únicos grupos donde su el apoyo es inferior al 70% es entre los mayores de 55 años (62%), en los identificados con la derecha (65%), entre dueñas de casa (69%) y jubilados (61%).
Otros datos que arrojó el sondeo sostienen que 72% cree que la iniciativa tendrá efectos positivos en la productividad de los trabajadores y 61% en la economía del país. Sin embargo, 47% ve efectos negativos en los sueldos, mientras que otro 45% considera que tendrá un impacto positivo.
Además, entre los efectos que tendría la reducción de la jornada, 86% considera que tendrá un efecto positivo en el tiempo libre de los trabajadores, 72% en la productividad, 69% en la creación de empleo, 62% en su empresa o lugar de trabajo, y 61% en la economía del país.
Desde la ciudadanía ha quedado claro el apoyo al proyecto, tal y como queda reflejado en los datos de la encuesta Cadem de este lunes. Su impulsora, Camila Vallejo (PC), también lo ha defendido. La parlamentaria ha protagonizado varios rounds con el ministro del Trabajo Nicolás Monckeberg, quien ha defendido a toda costa su proyecto de modernización laboral.
Todo empezó cuando la legisladora emplazó al Presidente Sebastián Piñera a cumplir una promesa de campaña del año 2005, cuando era candidato a la Presidencia, prometiendo que si llegaba a ser jefe de Estado, reduciría la jornada laboral de 45 a 42 horas semanales para 2010.
Luego, el ministro Monckeberg respondió y llamó al PC a hablar «con la verdad, que no sigamos engañando a los chilenos y dejemos los eslogans de lado». El secretario de Estado agregó: «Hace seis meses presentamos un proyecto de ley que está en tramitación en el Senado, que reduce la jornada de trabajo a 41 horas promedio, pero lo hace en forma mucho más adecuada que como lo hace el PC, porque junto con reducir la jornada a 41 horas introduce nuevas herramientas para que el trabajador tenga mejor calidad de vida, flexibilidad en su jornada, pueda elegir los horarios de entrada y salida».
La parlamentaria volvió a responder al ministro, indicando que no puede seguir «echándole la culpa al resto de sus insuficiencias, de las insuficiencias de su reforma laboral, de su gestión que mantienen al país con altos niveles de desempleo y empiece hacerse cargo».
Desde la academia, también han entrado al debate. Según el director del World Economic Laboratory del MIT, el economista Ricardo Caballero, el proyecto «puede tener un costo enorme. Creo que la solución a nuestros problemas va para el otro lado… Ponerles horas mínimas a los gerentes puede ser una mejor medida».
En esa misma línea, Caballero apuntó a las costumbres de los trabajadores chilenos: «Acá la gente se toma vacaciones largas, almuerzos largos, viernes cortos, feriados sándwich, etc». Bajo esta premisa, afirmó que «en Chile queremos trabajar como franceses y crecer como asiáticos. No funciona así la cosa, lo uno o lo otro. Decidan».
El presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Alfonso Swett, también cargó contra el proyecto de la diputada Vallejo, y consideró que los países que han aplicado un modelo similar lo hicieron con un PIB per cápita superior al de Chile.
«Esto es como cuando uno va a un restaurante y lee todo la lista de los platos que lo entusiasman, pero no lee los precios. Esto tiene costos y esto va a tener costos en empleo, en salarios, y va a tener costos en los trabajadores más vulnerables», comentó.
