MERCADOS|OPINIÓN
Camarón que se duerme se lo lleva la corriente y es increíble que en tiempos de pandemia la corriente es cada vez más torrentosa. Se requiere entonces estar atentos, que las acciones que planifiquemos como empleadores sean las adecuadas. La activación del mercado laboral, más que nunca, necesita que los liderazgos empresariales sintonicen con los tiempos, el pulso social y la economía, y qué mejor que hacerlo desde el diálogo y relación de trabajo.
La fórmula para esto parece ser, inequívocamente, fomentar el diálogo con los trabajadores. Por la contingencia actual, sin precedentes, para muchos rubros es complejo continuar operando según los parámetros antes definidos. La manera de superar obstáculos –basada sobre experiencia y conocimiento– resulta de compleja utilización cuando no se han sorteado pandemias. Debe replantearse cómo enfrentar una crisis, fijando objetivos claros y transmitiendo la idea de empresa a los trabajadores, igualmente desde lo emocional. Se debe acudir a herramientas como planes estratégicos internos y a una correcta aplicación de las nuevas normativas laborales, con énfasis en una buena difusión de estas y orientadas hacia la capacitación.
Es en definitiva el liderazgo empático con visión de objetivos el que sentará bases sólidas y estables al modo de enfrentar la pandemia, fomentando la estabilidad y la creación de empleos. Debemos salir a jugar el partido, atacar, no podemos esperar que se venga encima la pandemia para reaccionar. Chile se caracteriza por ser un país resiliente, las crisis suelen ser el comienzo de una auténtica mejora, por esa razón, las distintas gerencias deben transmitir la importancia de cada miembro de la organización y la disponibilidad a los cambios.
Ni empleadores ni trabajadores estaban preparados para abordar esta pandemia de manera ideal. Las problemáticas generadas han sido de consulta recurrente para los asesores jurídicos. Sin embargo, no solo el espíritu de compliance debe predominar. Los líderes deben acostumbrase a un estado de cambio duradero, abrirse a nuevas ideas y planteamientos, y, especialmente, acudir a un alto nivel de empatía si quieren fomentar la adaptación de sus equipos al cambio, tanto en el tipo de servicios requeridos actualmente como en su modo de prestarlos.
Hace un par de semanas, se detectaron otras señales del inicio de una transformación brutal. La OIT informó que se perdieron en Latinoamérica y el Caribe cerca de 34 millones de puestos de trabajo por el COVID, lo cual resulta en una cesantía galopante –que va en aumento–. Algunas empresas ya venían haciendo una correcta lectura de nuevas formas de prestación de servicios con la creación de Dark Stores (tiendas oscuras), cada vez más utilizadas este año por gigantes del retail en Estados Unidos. Importantes marcas de distribución de bienes están adaptando, así, sus negocios, ahorrando costos a la vez que aumentando ventas. Esta variación del modo de operar no es ajeno a Chile. El retail se prepara, lo que implicará una importante modificación de las formas de vender y ofrecer servicios, con consecuencias de cambios en los puestos de trabajo.
Los cambios señalados deben ser atendidos por los organismos de educación como oportunidades, pues estas nuevas formas importan la creación de énfasis distintos en las mallas curriculares y una capacitación laboral. Es totalmente posible que los trabajadores puedan continuar prestando servicios y puedan potenciar sus conocimientos, habilidades y aportar valor a la organización en cambios de estas características. Estas acciones fortalecerán sin lugar a dudas a la empresa.
También, la visión de los liderazgos empresariales debe propender a transmitir que esta crisis trae oportunidades especialmente en Latinoamérica, donde la normativa laboral no estaba pensada para una pandemia. Frecuentemente distintos profesores y especialistas citaban normativa laboral internacional para reclamar cambios que hoy ya se están haciendo. El teletrabajo, por ejemplo, para bien o para mal, avanzó a pasos agigantados, dando un salto por lo menos de 5 años en el mercado del trabajo, lo cual impactará y remecerá el liderazgo de las compañías para seguir sus niveles de producción y servicios.
Nuevamente el diálogo será tema obligado para las gerencias, ya que el líder deberá empatizar cómo y qué siente el trabajador. Por esa razón, es una buena idea liderar desde el Derecho Laboral transmitiendo lo positivo de los cambios. Cierto es que en los últimos 5 meses se han dictado más de 20 normativas que inciden en la prestación de servicio de los trabajadores chilenos y una asesoría técnica, acompañada con estrategias apropiadas, puede incidir en un nivel de satisfacción de los trabajadores y ayudará a fortalecer las organizaciones.
En consecuencia, debemos estar preparados para los cambios y manejar el hecho de que nuestros planes no serán los mismos. Es tiempo de diálogo, de soluciones, de enfrentar sin miedo las nuevas problemáticas laborales, enfatizando las habilidades blandas de jefaturas y líderes. El diálogo alcanza acuerdos, abre las puertas y fomenta un mejor ambiente de trabajo. Es importante estar atentos a los cambios, hacer una lectura de lo que ocurre, considerando que las emociones del ser humano influyen en la productividad y, de esta forma, al camarón no se lo llevará la corriente.
