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Senado francés da portazo al acuerdo UE-Canadá y abre la vía a su potencial anulación PAÍS Foto: Sean Kilpatrick/Canadian Press

Senado francés da portazo al acuerdo UE-Canadá y abre la vía a su potencial anulación

La oposición francesa se alineó para manifestar preocupaciones sobre la competencia desleal para los agricultores. Ahora, el gobierno de Macron podría revertir el voto en la cámara baja, pero carece de mayoría absoluta. En paralelo, el acuerdo entre Chile y la UE avanza hacia su implementación.


El Senado francés se pronunció este jueves contra el acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Canadá por una alianza de la oposición al gobierno de Emmanuel Macron, lo que potencialmente abre el camino a su anulación tras siete años de aplicación provisional.

Al término de un debate iniciado por una iniciativa de los comunistas que fue apoyada por la mayoría de la oposición conservadora en la cámara alta, 211 de los 255 senadores que participaron -una parte de los que apoyan a Macron se ausentaron- se pronunciaron por el rechazo de la ratificación del acuerdo, conocido por sus siglas CETA.

Aunque esto no pone en peligro inmediato la aplicación del CETA que Canadá y la UE firmaron en 2016 y que entró en vigor al año siguiente, deja en una gran dificultad al Ejecutivo francés, que ahora tiene que conseguir revertir ese voto en la Asamblea Nacional—cámara baja—, donde no cuenta con mayoría absoluta.

La Asamblea Nacional francesa ratificó el tratado en 2019, pero la relación de fuerzas se modificó en las elecciones legislativas de 2022 y está por ver si una mayoría de diputados estarían dispuestos a hacerlo de nuevo en el clima actual, en el que el ambiente político es mucho menos propicio a los acuerdos de libre comercio.

El Partido Comunista Francés (PCF) mostró su voluntad de llevar la cuestión a la Asamblea Nacional el 30 de mayo, unos pocos días antes de las elecciones europeas del 9 de junio, aunque eso dependerá en último término del Gobierno.

“Hoy es un día muy malo para nuestra economía, para nuestras empresas, para los agricultores”, que han perdido la “protección” que ofrecía el CETA, señaló el ministro francés de Comercio Exterior, Franck Riester.

Riester, que denunció una maniobra política “con graves consecuencias para el país”, había abierto el debate insistiendo en que el CETA “es un excelente acuerdo desde todos los puntos de vista” que, al contrario de los “argumentos falsos” que había escuchado, “es positivo también para el sector agrícola, para los viticultores, para los productores de queso”.

Controversia sobre la amenaza para los ganaderos

Se refería así al principal ángulo de ataque de los que han denunciado este acuerdo, el riesgo de una competencia desleal de los agricultores y, sobre todo de los ganaderos canadienses, con el argumento de que no están sometidos a las mismas reglas sanitarias y medioambientales que los europeos.

Frente a la peculiar asociación en la cámara alta de los conservadores de Los Republicanos (LR), que tienen allí mayoría, con todos los grupos de izquierda y también con la extrema derecha, el ministro del Comercio Exterior trató de refutar ese argumento, sin éxito.

Insistió en que el CETA incluye “cláusulas espejo” que impiden la entrada en Europa de productos canadienses que incumplan las reglas sanitarias europeas, en especial la carne de animales engordados con hormonas, a diferencia del todavía más polémico acuerdo UE-Mercosur, “al que nos oponemos y nos seguiremos oponiendo”.

Riester hizo hincapié en que en los siete años que lleva en vigor, no se ha materializado ninguna de las amenazas que anuncian sus adversarios y que las importaciones de carne canadiense en Francia representan cantidades infinitesimales, inferiores al 0,1 % del consumo, y que el excedente agrícola y agroalimentario con ese país se ha triplicado.

En caso de que el CETA se sometiera al voto en la Asamblea Nacional y que fuera también rechazado allí, en principio el Gobierno francés tendría que notificar su fracaso para ratificarlo al Consejo Europeo y eso acarrearía su suspensión en el conjunto de la UE.

Una forma de evitarlo sería que Francia renunciara a comunicarlo, como ya ha hecho Chipre, donde también fracasó el proceso de ratificación que sí han concluido 17 de los 27 países miembros.

Acuerdo entre Chile y la Unión Europea continúa avanzando

En paralelo a la discusión en suelo europeo, la modernización del acuerdo comercial entre Chile y la Unión Europea (UE) continúa avanzando hacia su implementación. Esto, luego de que el pasado 18 de marzo el Consejo de la UE aprobara la conclusión del acuerdo provisional entre las partes, lo que marca el fin del proceso de ratificación interna dentro del bloque comunitario y allana el camino para la entrada en vigor del acuerdo, según explicó el organismo europeo en un comunicado.

Según consignó Bloomberg, este acuerdo se centra en la liberalización del comercio y la inversión, exclusivamente dentro de la competencia de la UE, mientras que las disposiciones de protección de inversiones están cubiertas por el Acuerdo Marco Avanzado (AMA), que aún está en proceso de ratificación dentro de los Estados miembros.

El Acuerdo Comercial Provisional expirará cuando el AMA entre en vigor, tras la ratificación por parte de todos los Estados miembros.

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