Una de las jornadas más agitadas desde que el Gobierno presentó la polémica reforma tributaria se vivió este martes en el Congreso Nacional y terminó con el rechazo de la iniciativa en la Cámara Alta, forzando un tercer trámite en la comisión mixta, tal como la oposición y el senador independiente Carlos Bianchi venían solicitando desde la semana pasada. Sin embargo, esta definición llegó sorpresivamente desde las filas oficialistas, donde el senador de RN Alberto Espina propuso un acuerdo de rechazo unánime para intentar un mayor plazo de negociación a través de esta instancia.
En medio de un ambiente tenso, el proyecto terminó siendo rechazado por 19 votos en contra —los de la Concertación más Bianchi— y seis a favor. Hubo siete abstenciones, también de la Alianza, lo que permitió que la oposición se saliera con la suya y La Moneda sufriera uno de los más grandes fracasos legislativos del último año.
La oposición acusa que la recaudación tributaria del proyecto del Ejecutivo no es suficiente para financiar la reforma educacional. Asimismo critican que los recortes de impuestos están dirigidos solamente a las personas con mayores ingresos.
La propuesta de Espina surgió durante el debate previo a la votación. Mientras sus colegas intervenían, el parlamentario pidió la palabra y propuso a la sala generar un acuerdo en que, por unanimidad, fuera rechazada la iniciativa con el fin de intentar buscar una fórmula para salvar la propuesta de Hacienda en una comisión mixta.
Durante su intervención, defendió su posición afirmando que “aquí nadie ha transado ni un principio. Buscar acuerdos no significa transar principios, consiste en tener el talento, la capacidad y la visión de Estado para hacer coincidentes posiciones políticas que, siendo antagónicas, es posible que generen entendimientos”.
Su planteamiento tomó por sorpresa no sólo a la oposición, sino que también a sus pares del oficialismo, varios de los cuales manifestaron su molestia debido a que no habían sido consultados por el Ejecutivo ni por el propio Espina para optar por esa vía.
Los primeros en respaldar al parlamentario de Renovación Nacional fueron los representantes de la Democracia Cristiana, quienes debieron lidiar con la negativa de los cuatro senadores del PPD y el radical José Antonio Gómez. Tal era la confusión y la necesidad del Gobierno de llegar a algún acuerdo, que se suspendió la sesión para que en reunión de comité se buscara un consenso para respaldar el planteamiento de Espina. No obstante, los representantes del PPD se cuidaron de dejar claro en sus respectivas intervenciones que este no era un acuerdo y que hubiesen preferido que se transparentara en la votación quienes estaban a favor y en contra de la idea de legislar.
En este contexto, el senador Ricardo Lagos Weber, quien integra la comisión de Hacienda de la Corporación, señaló, visiblemente molesto, que la votación en general de la reforma tributaria del Ejecutivo “para muchos de nosotros era crucial, porque iba a permitir marcar la diferencia de cómo pensamos”, en contraste con el oficialismo,. Por ello, emplazó a Espina, sosteniendo que si él “cree que este proyecto no da el ancho, que lo vote en contra, pero que no se vista de que hubo un acuerdo”. Y al término de la votación, cuestionó el manejo de La Moneda en esta materia. “Ha sido muy ramplón todo esto”, criticó, al tiempo que calificó el episodio como una muestra de “impericia” del Ejecutivo y de “falta de convicción de la derecha”, al haber “llamado a rechazar el proyecto del Presidente”.
La propuesta de Espina no sólo molestó a la oposición, sino que también generó indignación en las filas de la UDI, al punto que se le escuchó al senador Coloma quejarse a regañadientes de la voltereta del Ejecutivo, que después de forzar al gremialismo durante seis meses a defender la reforma tributaria, terminara pidiendo a través de Espina que el Senado rechazara su propio proyecto. Tanto es así, que a la hora de votar en la sala, el ex timonel no renunció a su postura y votó con la minoría.
Lo propio hizo la bancada de RN, a la que Espina no logró alinear para el rechazo de la polémica iniciativa. Y de hecho el propio senador se abstuvo en vez de rechazar.
En tanto, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, no quiso admitir el fracaso y afirmó que el proyecto de todas formas iba a tener este destino. “Habría llegado a comisión mixta en cualquier circunstancia”, sostuvo.
Y para justificar el cambio de rumbo dijo que “se optó por acelerar el proceso y se hizo un esfuerzo para alcanzar un acuerdo”.
Larraín también explicó que el Gobierno estaría dispuesto a reflectar la propuesta de crear un fondo especial para la educación. «Hemos propuesto hoy en la mañana un fondo para la educación de US$ 4.000 millones (…) lamentablemente lo que hemos hecho hasta el momento no ha tenido acogida para producir este acuerdo por parte de la oposición», expresó el ministro.
VOTOS DE LA CONCERTACIÓN
Tanta molestia como en la Alianza provocó en la Concertación la iniciativa de Espina, porque fue asumida como una fórmula para “salvarle la cara a algunos de la Concertación que iban a aprobar la idea de legislar”, o “como un blanqueo de imagen con el mismo fin”.
Ello, a raíz que la coalición opositora no había logrado alinear a todos sus senadores tras el rechazo de la idea de legislar. De hecho, antes que comenzara la votación en la sala, se sabía que los senadores DC Hosaín Sabag y Patricio Walker apoyarían la iniciativa del Ejecutivo y que los socialistas Fulvio Rossi y Juan Pablo Letelier harían lo propio. De ahí la sorpresa de la oposición ante la extraña jugada del parlamentario de RN, pues La Moneda contaba con los votos para aprobar su proyecto.
Hasta sólo horas antes, tan interesado estaba Hacienda en sacar adelante su reforma tributaria, que había puesto sobre la mesa la creación de un fondo para la educación que aportaría cuatro mil millones de dólares provenientes del tesoro público.
Es así como el propio ministro Larraín defendió hasta última hora el proyecto asegurando que le “costaba creer” que la oposición lo rechazara, considerando que la última propuesta inyectaba aún más recursos para fines educacionales.