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Una Nueva York paralizada y con Wall Street cerrado se aprontan a recibir al huracán «Sandy»


El huracán «Sandy» llega a Nueva York para encontrar una metrópoli prácticamente paralizada, con evacuaciones y cierres de servicios públicos, instituciones, empresas y hasta la bolsa en toda la región.

Los estados de Nueva York, Nueva Jersey y, Connecticut y la alcaldía de la Gran Manzana han decretado medidas de emergencia y acelerado todo tipo de preparativos, como la movilización de unidades militares, para minimizar las consecuencias de la tormenta.

El huracán «Sandy», que se encuentra a unos 415 kilómetros al sur-sudeste de la ciudad de Nueva York, se fortaleció hoy al aumentar sus vientos máximos sostenidos a 150 kilómetros por hora y amenaza la costa noreste de EE.UU. con un peligroso oleaje.

El Centro Nacional de Huracanes (CNH) de EE.UU. indicó en su boletín de las 15.00 GMT de hoy que «Sandy», un huracán de categoría uno en la escala de intensidad Saffir-Simpson, de un máximo de cinco, avanza rápidamente con una velocidad de traslación de 30 kilómetros por hora hacia el norte-noroeste.

«La mayor amenaza es el oleaje y la subida del nivel de agua del mar», que podría poner en riesgo vidas humanas, indicó hoy a Efe Todd Kimberlaind, portavoz del CNH.

De acuerdo con los modelos de este organismo, «Sandy» afectará a «la costa de Nueva Jersey, el gran área de Nueva York, Long Island y el sur de Nueva Inglaterra», precisó Kimberlaind.

El huracán se encuentra a unos 330 kilómetros al sureste de Atlantic City (Nueva Jersey) y lleva consigo una marejada ciclónica junto con vientos de fuerza huracanada.

El centro del huracán se ubicaba en la latitud 37,5 grados norte y 71,5 grados oeste y, según un probable patrón de trayectoria, girará «pronto» hacia el noroeste y luego, por la noche, hacia el oeste-noroeste.

Así, su centro tocará tierra a lo largo del sur de la costa sur de Nueva Jersey «esta tarde o a primera hora de la noche», agregó el meteorólogo del CNH.

Según explicó, «Sandy» experimentará una «transición a un sistema de baja presión invernal antes de tocar tierra», pero esto «no irá acompañado de un debilitamiento» del frente, resaltó el CNH.

De hecho, explican los meteorólogos, «es posible un fortalecimiento adicional durante este proceso», para luego debilitarse una vez que toque tierra.

Los vientos de fuerza huracanada se extienden hasta 280 kilómetros desde el centro del fenómeno tropical y los de fuerza de tormenta tropical hasta unos 780 kilómetros, con lo que se sentirán a lo largo de las costas del sur de Nueva Jersey, Delaware, el este de Virginia y hasta el centro y sur de la bahía de Chesapeake.

Permanece un aviso de tormenta tropical (paso del sistema en 36 horas) desde el norte de Surf City hasta Duck, en Carolina del Norte, así como en los estuarios Pamlico y Albemarle y en las Bermudas.

Además, se sentirán vientos huracanados en zonas de la costa entre Chincoteague (Virginia) y Chatham (Massachusetts), además de las bahías de Chesepeake y Delaware y la costa norte de la península de Delmarva, Nueva Jersey, el área de Nueva York, Long Island, Connecticut y Rhode Island.

Según el CNH, la combinación de «una peligrosa marejada ciclónica y las mareas causará inundaciones» en áreas cerca de la costa.

Los meteorólogos también advierten de la posibilidad de que caigan intensas nevadas en las montañas del oeste de Virginia y la frontera con Kentucky, así como sobre las de cerca de la frontera de Carolina del Norte y Tennessee, y en Maryland, y prevén que las condiciones del mar se mantengan complicadas desde Florida hasta Nueva Inglaterra en los próximos días.

La proximidad de la tormenta ha forzado la clausura de labores gubernamentales, en las instituciones educativas, y de buena parte de los servicios de transporte desde el norte de Virginia hasta Nueva York.

La ciudad de Nueva York está hoy totalmente paralizada, con el cierre del transporte público, las escuelas, universidades, tribunales, teatros, grandes empresas, la Bolsa, los monumentos, los museos y hasta la sede de Naciones Unidas, por lo que el tráfico es mucho menos intenso de lo habitual y hay poca gente en la calle.

Las autoridades de la citada ciudad ordenaron la evacuación de más de 370.000 personas desde Coney Island, en Brooklyn, a Battery Park, en Manhattan, además del cierre de los dos túneles situados al sur de Manhattan.

Nueve estados, desde Carolina del Norte hasta Massachusetts, han declarado el estado de emergencia de manera previa para iniciar las preparaciones ante la tormenta y han pedido a los residentes que acumulen agua embotellada, baterías y alimentos.

Las autoridades han recomendado a la población de esta vasta región que esté preparada para cortes del suministro de electricidad e inundaciones y los candidatos presidenciales han tenido que alterar sus agendas de campaña a tan sólo ocho días de las elecciones.

La bolsa de Nueva York también se encuentra cerrada, y posiblemente también el martes debido a la llegada del huracán y si bien inicialmente la bolsa neoyorquina (NYSE) había dicho que cerraría las operaciones físicas pero mantendría abiertas las electrónicas finalmente el NYSE señaló en un comunicado emitido poco antes de medianoche (04:00 GMT) que las «peligrosas circunstancias» que ha creado el huracán harán «extremadamente difícil» asegurar la seguridad de su personal.

«La seguridad debe ser nuestra primera prioridad», añadió NYSE, que indicó que aún no se ha decidido que harán el martes.

«Trabajaremos con el sector para determinar los próximos pasos en la reanudación de las operaciones lo antes que la situación lo permita», resaltó.

Exceptuando los cuatro días de cierre por los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, la última vez que la bolsa neoyorquina ha cerrado sus operaciones físicas fue el 27 de septiembre de 1985 debido al huracán «Gloria».

El área metropolitana de Nueva York, donde viven unos 19 millones de personas, se encuentra desde esta noche sin transporte público (trenes de cercanías, metros y autobuses), también se han cerrado los parques y mañana estarán cerradas las escuelas, que atienden a 1,1 millones de estudiantes.

Las evacuaciones afectan a unos 375.000 habitantes de las zonas bajas de la ciudad más susceptibles de sufrir inundaciones por la combinación de las fuertes lluvias con una marea alta máxima. Se teme que el nivel de agua pueda subir hasta algo más de tres metros.

El agua ya había subido entre 60 y 90 centímetros en el puerto de Nueva York y el estrecho de Long Island antes de las 04:00 GMT, según el Servicio Meteorológico Nacional. Mientras tanto, en la ciudad se puede sentir cómo el viento ha subido progresivamente de intensidad desde la tarde del domingo y tiene ya rachas fuertes.

Los evacuados pueden acudir, si no tienen amigos o familiares a quienes recurrir, a uno de los 76 centros de acogida en escuelas públicas, a los que se ha llevado personal y suministros necesarios.

El alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, insistió en la noche del domingo en que los habitantes de esas zonas (la llamada «zona A», que incluye a algunas partes bajas de los cinco distritos de la ciudad) a que se vayan «lo antes posible, ya que el tiempo se acaba».

Sin embargo, varias televisiones locales han recogido testimonios de habitantes de las zonas bajas que no piensan dejar sus viviendas y aguantar, junto con los suministros comprados en los últimos días, el empuje del huracán.

Por ello, algunos de los albergues preparados por el ayuntamiento estaban casi vacíos en la noche del domingo.

Se espera que «Sandy» toque tierra en la costa del vecino estado de Nueva Jersey, cuyo gobernador, Chris Christie, también ha decretado la evacuación de algunas zonas costeras -como los hoteles y casinos de Atlantic City- y el cierre del transporte público estatal.

En Connecticut también se han ordenado algunas evacuaciones costeras, mientras que el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, quien decretó el cierre del transporte público, también movilizó a 1.175 soldados de la Guardia Nacional.

El área metropolitana de Nueva York está prácticamente paralizada desde la pasada noche esta noche.

Los tres aeropuertos de la zona de Nueva York (Laguardia y J.F. Kennedy en la ciudad, y Newark, en la vecina Nueva Jersey) permanecerán oficialmente abiertos, pero cientos de vuelos fueron cancelados el domingo y se espera que mucho más lo sean este lunes.

La línea ferroviaria Amtrak, que une a las grandes ciudades del noreste de EEUU desde Boston a Washington, ha cancelado la mayoría de sus servicios.

La sede de Naciones Unidas estará cerrada hoy, una medida que podría extenderse al martes, mientras que la administración municipal neoyorquina sí estará abierta.

Las sedes de los principales bancos de Nueva York, los museos, las universidades y hasta los teatros de Broadway están hoy cerrados.

El principal banco de la región, Chase, ha avisado que muchas de sus oficinas no abrirán hoy debido a los problemas de transporte de sus empleados, y muchas tiendas han advertido ya de que no saben si podrán abrir.

También han sido suspendidas las actividades especiales de grandes empresas, como la presentación que Google pensaba hacer de la última versión de su sistema operativo Android.

Las autoridades de Nueva York y Nueva Jersey han tomado una serie de medidas preventivas para prevenir posibles daños por el viento y el agua.

También han pedido a la población que tenga una serie de suministros básicos por si hubiera cortes de suministro eléctrico o necesidad de abandonar urgentemente de sus viviendas, lo que generó el domingo una auténtica avalancha de compras en los supermercados y ferreterías.

La empresa eléctrica que sirve a la zona, ConEdison, ha realizado en los últimos días tareas preventivas para evitar cortes del suministro y también ha reforzado sus equipos de urgencia para reparar daños y restaurar el servicio.

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