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Opinión: Chile y la crisis que no llega


Por Francisco Javier González, socio de Focus Investment Group y Magister en Derecho de los Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez.

Todos hemos escuchado que Chile está creciendo a una gran tasa, que todos los meses sorprende a los economistas. También todos escuchamos al Gobierno y en especial al Ministro de Hacienda diciéndonos que debemos tener cuidado, que la crisis internacional nos alcanzara, que estamos bien parados pero no somos inmunes.

Ahora llevamos meses con excelentes cifras de crecimiento y aún no llega la crisis. ¿Qué provoca esto en las expectativas de la gente? ¿Los consumidores serán tan racionales y doctos en economía como para moderar su consumo? ¿No estarán pensando que esta advertencia es como el cuento del lobo?

En mi opinión efectivamente la crisis mundial nos tocara en algún momento, estamos inmersos en una economía global y más aún siendo un país tan pequeño dependemos de nuestras relaciones con las zonas en problemas. Por lo tanto estoy de acuerdo con las advertencias del Gobierno.

El problema que a mi parecer adolece la gestión del Gobierno en este tema es comunicacional (que al parecer es su mayor déficit en general), a veces parece que solo estuvieran hablando a profesionales o técnicos, pero no lo nivelan para el público que se dirigen. Las cifras demuestran que el público no está tomando en cuenta estas advertencias, de hecho el consumo sigue creciendo y por ende el riesgo de sobrecalentar nuestra economía es una instancia que cada día asoma con mayor fuerza.

¿Qué debe hacer el Gobierno? No lo sé, no soy experto en comunicaciones, pero lo que si se, es que toda gestión se mide y cuando la gestión que estas realizando no tiene los efectos esperados, debes replantearla para no seguir avanzando a un seguro fracaso.

“A la luz de estos hechos, hoy a mi parecer,  el mayor riesgo que vivimos es creer que nada pasara, que somos intocables y que por esa razón seguiremos al mismo ritmo del actual. Estaremos nuevamente, en especial el ciudadano de a pie, con los ojos vendados ante una realidad que si bien aún podemos sortear, cada vez se acerca más.

Temo que nos suceda lo mismo que en la década de los noventa, cuando no quisimos ver los efectos de la crisis asiática y sólo atinamos a reaccionar cuando teníamos el problema frente a nuestras narices. Me deja algo tranquilo eso si el hecho que las autoridades pertinentes están consientes del tema y más aún advierten de lo que puede llegar a pasar, sin embargo aún este mensaje no penetra en la opinión publica con la fuerza y la importancia que debería tener.

Espero que no nos suceda el cuento del lobo, que de una vez por toda entremos en conciencia que debemos ser cautelosos en el contexto económico actual. Solo de esta manera, estaremos preparados si es que llega a aparecer el lobo. Siempre es preferible esperar lo mejor, pero estar preparados para lo peor.

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