Aumenta la presión sobre el Banco Central para que ponga paños fríos al rally del peso. Ayer la moneda chilena subió 0,4 % y cerró en $ 471.22 versus el dólar, su nivel más alto en tres meses. Desde el año nuevo el peso ha subido 1,7 % y es el que más gana frente al dólar de todos los mercados emergentes.
Lo que gatilló el rally fue un informe que mostró que en noviembre Chile tuvo el superávit comercial más grande en casi dos años y la economía volvió a crecer más de lo anticipado por el mercado.
El superávit fue de US$ 1.500 millones, es decir, US$ 200 millones más de lo que proyectaba el mercado. El Imacec fue de 5,5 %, por encima del 5,2 % que anticipaban los analistas.
En términos desestacionalizados, el Imacec fue el más alto del año y bastante por sobre el promedio anual. Los principales catalizadores del crecimiento fueron los sectores servicios, minería y comercio. Las cifras obligaron a BanChile a elevar sus expectativas de crecimiento del PIB.
El análisis del BICE es que la economía sigue creciendo por sobre su potencial. «Durante el presente ejercicio las dudas en cuanto a un sobrecalentamiento de la economía podría reaparecer, en la medida en que no se observe una desaceleración del crecimiento. Más aún, debemos destacar que nuevamente el buen desempeño de la actividad local se atribuyó a los sectores ligados a la demanda interna, situación que podría validar las preocupaciones mencionadas», dice la corredora.
Felipe Alarcón, economista del BCI, le explicó a Bloomberg que otro factor que impulsa al peso desde el inicio del año es la compra de AFP Cuprum. Principal está comprando pesos como parte de su oferta a los minoritarios para concretar la operación de US$ 1.500 millones.
La fuerza con que empezó el año el peso chileno forzó a la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile (Asoex) a pedir que el Banco Central intervenga.
“De mantenerse la actual situación cambiaria, el sector frutícola proyecta pérdidas para 2013 por US$ 330 millones”, aseguró el gremio. También puso presión al gobierno para que defina una política exportadora clara. Asoex dice que la situación actual de los exportadores no mineros exige que las autoridades tomen «acciones concretas que eviten dramáticas consecuencias».
“Es un deber de la autoridad explicitar su política exportadora de largo plazo. Nos asiste el deber de exigirlo a fin de defender la sustentabilidad del sector, especialmente en lo que respecta al futuro de nuestros trabajadores, aparte de constituir un derecho inalienable como es la igualdad de oportunidades, tanto en lo laboral como en lo empresarial”, señaló Ronald Bown, presidente de Asoex.
El gremio explica que el sector exportador no-cobre «debe enfrentar los altos costos energéticos, los vaivenes de la naturaleza, la escasez de mano de obra, problemas de productividad y el bajo tipo de cambio. No existe una actividad económica que pueda resistir dramáticas variaciones en su entorno económico —como las experimentadas por el sector exportador en los últimos años— a no ser que sea un sector regulado».
Según el gremio, en los últimos dos años, el costo (en menores retornos) que ha debido asumir el sector exportador no minero por efectos del menor tipo de cambio, alcanza a los US$ 3.334 millones. De estos, US$ 445 millones corresponden al sector frutícola.
De acuerdo a sus datos, las condiciones están dadas para una intervención. Según sus estimaciones, el tipo de cambio real está 2,4 % por debajo del valor de la intervención de 2010. Insisten que en las dos últimas intervenciones el Banco Central no perdió patrimonio, sino lo contrario.
Francisco Schneider, gerente de Monedas Extranjeras de Celfin, afirma que no ve cómo a corto plazo el peso se pueda debilitar. «Las apuestas de inversionistas extranjeros a favor del peso no paran de ingresar al mercado local», explica en una nota a sus clientes. En su opinión, si el peso rompe los $ 470 versus el dólar, «las probabilidades de intervención bajo este nivel aumentan considerablemente».
